Lo hemos visto cientos de veces en televisi�n y as�
es como, con m�s o menos lujo, se produce en la
realidad.
El cl�max final de la pel�cula se alcanza
cuando se produce el juicio y el abogado suelta h�bilmente
su discurso de defensa utilizando, c�mo no, la m�s
pura ret�rica. A veces con verdaderos alardes y
trucos -perfectamente previstos y clasificados desde
hace mas de dos mil a�os- verbales y gestuales.
Pero Qu� hemos visto en el film antes de llegar a
ese momento?
Hemos visto como, a penas el abogado se hizo
cargo del caso, iba a hablar con el acusado. Hemos
visto que recurr�a a expertos de su equipo y a
otros especialistas para reunir toda la informaci�n
que necesita para conocer el caso. Hemos visto como
as� iba instructurando su defensa. Entrevistaba a
personas relacionadas con su cliente, o con su v�ctima,
o que de alguna manera �l ve�a la posibilidad de
conectar con el caso.
Hemos visto c�mo recurr�a a peritos en bal�stica,
a sic�logos, a documentos, huellas, grabaciones. Le
vimos acudir al lugar del crimen o recorrer
ambientes presuntamente relacionados con los
protagonistas. Le vimos pedir informaci�n forense.
Le vimos con su equipo, hurgando en las leyes. Le
vimos incluso averiguar c�mo son, qu� piensan y
como pueden reaccionar los miembros del jurado, el
fiscal y el juez.
De todo este material esa misma persona, el
abogado, extrajo su estrategia de defensa y
finalmente le tenemos desarrollando su obra
creativa, su argumentaci�n, su exposici�n de los
hechos, sus demostraciones testificales, en la sala
donde se lleva a cabo el juicio.
No vimos que los expertos, peritos y
especialistas trabajaran solos durante la encuesta
y, una vez establecida la estrategia, llamaran a un
abogado especialista en hablar en los juicios, le
entregaran el briefing y le dijeran "tienes que
tener tu intervenci�n preparada para dentro de
quince dias". En cambio, as� es como sucede
frecuentemente en la publicidad.
Inventio y dispositio, a cargo de unos expertos
del anunciante y de la agencia. Investigaci�n.
Elaboraci�n de estrategias. Y con ellas, el
briefing terminado, entregado al creativo, el cual
actuar� por su lado.
Investigaci�n y elaboraci�n de marketing,
versus creatividad.
Ni el "equilibrio" es suficiente.
Porque aun habiendo equilibrio se produce ruptura.
La ret�rica -y aqu� viene lo del ejemplo de los
abogados- prev� una continuidad desde el principio
al fin de la obra. La publicidad suele trabajarse en
compartimentos estancos que se van pasando el
trabajo de unos a otros hasta llegar al creativo.
�Cu�l es la conclusi�n l�gica para corregir
esa contradicci�n, que necesariamente perjudica el
resultado final? Que el creativo o, por lo menos, el
director creativo intervenga en la cuenta desde el
mismo momento en que se produce el encargo y se
inicia la fase de investigaci�n y recogida de
datos.
Esto equivale a decir que una acci�n
publicitaria, en vez de prepararse por medio de
diferentes personas y especialistas que van actuando
sucesivamente superponi�ndose a modo de capas
horizontales al trabajo, debe concebirse de un modo
vertical con una persona -no la �nica, por
supuesto- que est� al corriente de todas las
etapas. La persona que debe confeccionar el discurso
final. La que, por decirlo de alguna manera, dar�
la cara ante el jurado. Ante el consumidor. La que
manejar� la forma de comunicar las argumentaciones.
Porque �c�mo son esas argumentaciones? �son
las m�s v�lidas? Y si son las m�s v�lidas, �Ser�n
igualmente "sentidas" por el creativo si
se le dan hechas que si las ha visto hacer,
descubrir, a lo largo de todo el trabajo
preparatorio?
Todo ese trabajo preparatorio que se realiza
minuciosa y t�cnicamente, a veces a lo largo de
meses e incluso a�os, tiene un �nico fin: preparar
una acci�n publicitaria. �Por qu� no inmiscuir en
ese proceso a la persona que deber� crear los
anuncios? El creativo, viviendo todo el proceso,
puede localizar �reas de datos o posibles
estrategias que le interese desarrollar o
profundizar para que alimenten su obra final de
comunicaci�n persuasiva. Debe examinar la
iniciativa de cada uno de los expertos de todas las
�reas de marketing que van colaborando en un �rea
cuyo resultado, con el briefing, va a ser tan
importante y tan vinculante en el momento de
emprender la etapa de creaci�n y realizaci�n.
Y aqu� surge el temor: �Quiere esto decir que
estamos defendiendo la toma del poder por parte de
los creativos?
En absoluto: no.
Antes bien, puede significar la desaparici�n de los
creativos. Por lo menos de los creativos o m�s
exactamente, de los directores creativos, tal y como
se les entiende en muchos casos, para convertirse en
"directores t�cnicos".
Creativos, porque dirigen la creaci�n final de
la campa�a; pero no s�lo creativos, intuitivos,
compartimentalizados, sino profesionales que conocen
los principios b�sicos sobre los que act�an todos
los especialistas -esos, si, especialistas
cualificados- que se turnan en la preparaci�n del
briefing y en la confecci�n de las estrategias.
Para poder seguir y comprender su trabajo, y saber
cu�les son los recursos con los que cuentan cada
uno de ellos.
"Creativo vertical" o "director t�cnico",
o como se le quiera llamar, es un concepto de visi�n
global. No tratamos aqu� de los temas de organizaci�n,
ni de jerarqu�as, dentro de las responsabilidades y
cargos de las agencias de publicidad. Las formas de
organizaci�n del trabajo, as� como qui�n debe
tener la �ltima palabra sobre el mismo, en cada
pelda�o recorrido y en su conjunto, depende ya de
cada agencia y su modo de estructurarse, de su
metodolog�a propia y de su concepci�n de la
publicidad.
Sobrevolar lo que hacemos y c�mo lo hacemos;
salirse de la rutina y la problem�tica cotidiana;
ver los tics, los vicios y las virtudes de c�mo
funciona la publicidad es, sin duda, una posici�n,
una contemplaci�n panor�mica, que se nos ofrece al
colocarnos desde la perspectiva de una ciencia en la
que estamos, en cualquier caso, inmersos como es la
ret�rica.
Y lo que veamos y descubramos desde ella seguir�
siendo el hilo conductor de este estudio, en el cap�tulo
que sigue.
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