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IV.7. OBJETIVOS DE LA FIJACION DE
PRECIOS
La fijaci�n de precios es un
elemento clave en la estrategia de
una empresa, y para tomar decisiones
estrat�gicas sobre fijaci�n de
precios es importante saber cu�les
son los objetivos que se pretende
alcanzar. Existe un amplio abanico
de posibles objetivos. Se puede
aspirar a aumentar la participaci�n
de mercado o, por el contrario
pensar en ir cediendo participaci�n
de mercado preocup�ndose poco por
las consecuencias futuras de tales
acciones -"orde�ando" el
negocio-. Un vendedor puede fijar
sus precios de tal manera que
disuada a algunos competidores de
entrar en el mercado. Puede aspirar
a maximizar sus beneficios a corto
plazo o "comprar"
participaci�n de mercado, confiando
en realizar beneficios a largo
plazo.
Se pueden fijar precios bajos
para igualarlos a los de la
competencia o para conseguir un
pedido que brinde la oportunidad de
conseguir un cliente nuevo o ganar
experiencia de dise�o y fabricaci�n
de ciertos productos. Un vendedor
puede estar dispuesto a fijar el
precio de coste, es decir, a un
nivel de p�rdidas, a fin de ofrecer
una l�nea completa de productos a
sus clientes. Alternativamente, se
pueden fijar precios altos en alg�n
producto nuevo para minimizar el
impacto negativo sobre las ventas de
los productos viejos de la gama, es
decir, para evitar la canivalizaci�n.
Sea cual fuere el objetivo, es
importante que se fije de manera
expl�cita. De no hacerlo as�, las
decisiones de fijaci�n de precios
corren el riesgo de convertirse en
respuestas al alza, a los cambios de
precio de los competidores.
7.1 Fijaci�n de precios para
"descremar" y para
penetrar
Cuando se trata de alcanzar
nuevos productos o del desarrollo de
nuevos mercados, nos podemos
encontrar con ciertas situaciones
particulares en lo referente a los
objetivos y estrategias de fijaci�n.
A menudo, el directivo comercial,
en los primeros momentos o fases de
la vida de un producto, puede
escoger entre fijar un precio alto
(descremar), para maximizar la
contribuci�n unitaria a corto
plazo, o fijar a un nivel
relativamente bajo (penetrar), para
maximizar el volumen de unidades
vendidas y evitar en lo posible que
los competidores penetren en dicho
mercado.
Una estrategia del tipo descremar
tiene la ventaja de que permite que,
durante las primeras fases del
lanzamiento del producto, los
esfuerzos se centren en aquellos
clientes para los cuales el producto
tiene mayor valor y que, por tanto,
est�n dispuestos a pagar los
precios m�s altos. M�s adelante, a
medida que los precios van bajando,
se abren nuevos segmentos de
mercado. Te�ricamente, esto se
produce por orden de mayor a menor
valor del producto para distintos
grupos de consumidores. En
principio, una estrat�gica de ir
reduciendo el precio de manera
paulatina para ampliar el mercado
potencial, debe maximizar los
beneficios totales. Desde el punto
de vista del desarrollo del mercado
a largo plazo, tal manera de actuar
tambi�n puede ser �til, porque
ayuda a fijar una imagen de
prestigio para el producto en sus
fases de introducci�n. Por ejemplo,
Polaroid introdujo sus primeras m�quinas
de fotograf�a instant�nea en 1948
a precios superiores a 200 d�lares.
Luego, paulatinamente, fue sacando
al mercado modelos, hasta que en
1965 lanz� el modelo Swinguer, cuyo
precio de venta era inferior a 20 d�lares.
Sin embargo, una estrategia de
descremar llevada a cabo por una
empresa innovadora puede ser una
invitaci�n abierta a que las
empresas competidoras entren en el
mercado e intenten vender el nuevo
producto a niveles de precio
inferiores. Esto es t�pico, por
ejemplo, de las mercanc�as de alta
moda.
Los nuevos estilos presentados a
una clientela muy selecta en Par�s,
a precios de "infarto",
encuentran la manera de llegar r�pidamente
a las tiendas de Nueva York a un
precio muy inferior al original y,
finalmente, pasan a los
departamentos de rebajas de los
grandes almacenes.
El creador de la moda puede darse
por satisfecho con descremar el
mercado y dejar el mercado masivo a
los imitadores, o quiz� no le queda
m�s remedio que aceptar estos
hechos.
Alternativamente, una estrategia
de fijar los precios para lograr
penetraci�n implica riesgos muy
elevados, pero tambi�n puede
brindar recompensas muy elevadas.
Para ganar la apuesta deben darse
varias condiciones. En primer lugar,
el producto debe estar completamente
libre de cualquier defecto. De no
ser as�, el vendedor corre el
riesgo de generar una demanda muy
alta con los precios bajos
anunciados, y encontrarse entonces
con importantes problemas de
mantenimiento y de servicio, que
pueden llevarle incluso a tener que
retirar el producto del mercado.
En segundo lugar, los
consumidores potenciales deben
adoptar el producto r�pidamente,
sin tener que probarlo durante
largos per�odos de tiempo. De no
ser as�, las empresas competidoras
tendr�n tiempo suficiente para
poner a punto sus propios programas
de marketing. En tercer lugar, la
empresa debe disponer de suficiente
capacidad productiva y tener a punto
los canales de distribuci�n, a fin
de poder satisfacer r�pidamente la
demanda generada. El �xito de una
estrategia de penetraci�n depende
de manera muy cr�tica de la rapidez
y de no dar a los competidores
ninguna oportunidad para reaccionar.
Como ejemplos de una utilizaci�n
con �xito de estrategias de
penetraci�n podemos citar a
Tabanques Instruments cuando se
convirti� en el mayor fabricante de
peque�as calculadoras manuales. Seg�n
indicaron fuentes del mismo sector,
Tabanques Instruments fij� sus
precios por delante de la curva de
experiencia durante las primeras
fases del desarrollo del mercado.
Sus directivos estaban dispuestos
a soportar fuertes p�rdidas al
principio, para alcanzar m�s
adelante los niveles de beneficio
necesarios, a medida que muchos
peque�os competidores se hund�an y
ten�an que abandonar el negocio.
Estos ejemplos sugieren que debe
cumplirse una tercera condici�n
para que una estrategia de precios
de penetraci�n tenga sentido; debe
existir una amplia demanda
potencial, que pueda convertirse r�pidamente
en demanda efectiva al lanzar al
mercado productos a niveles de
precios m�s bajos. No es probable
que una estrategia de precios de
penetraci�n tenga mucho �xito en
industrias maduras y en mercados de
bajo crecimiento, dominados por
empresas competidoras muy
atrincheradas. Su capacidad de
luchar contra la invasi�n mediante
una reducci�n de sus precios hasta
niveles de costes variables har�a
que el juego no tuviera sentido para
la empresa que pretende entrar en el
mercado. Tampoco es probable que una
estrategia de fijaci�n de precios
de penetraci�n sea efectiva en
productos nuevos, si �stos no
quedan al alcance econ�mico de la
mayor�a de los compradores
potenciales, ni siquiera al fijar un
precio muy cercano al coste.
7.2 Elasticidad de demanda
Hablando de la fijaci�n de
precios de penetraci�n, aparece el
tema de la elasticidad de la demanda
y de su relaci�n con la estrategia
de fijaci�n de precios. De acuerdo
con la teor�a econ�mica, cuanto m�s
bajo se fije el precio, mayor ser�
la demanda para el producto. Sin
embargo, al determinar una
estrategia de fijaci�n de precios
debemos tener en cuenta ciertas
modificaciones a esta teor�a. La
demanda de motores de cami�n
depende muy estrictamente de la de
camiones. Una reducci�n en los
precios de este �nico componente
probablemente no consiga aumentar el
volumen total de ventas de motores
de cami�n.
En el caso de un producto cuyos
consumidores deben aprender c�mo
han de usarlo y que est� en las
primeras fases de su desarrollo,
tampoco es probable que las
reducciones en precio consigan
estimular las ventas. En esta
primera fase ser� necesario algo m�s
que la atracci�n de unos precios
suficientemente bajos para conseguir
superar la suspicacia de los
posibles consumidores. Las
experiencias en la introducci�n de
nuevas materias primas y productos
de electromedicina son un claro
ejemplo de lo expuesto.
Probablemente, la elasticidad en
precio de un producto concreto es un
reflejo del hecho de que ciertos
consumidores cambian de un producto
o servicio a otro, a medida que los
precios de la gasolina van subiendo
en comparaci�n en comparaci�n con
el transporte p�blico, viajar� m�s
gente en avi�n, tren o autob�s, en
lugar de hacerlo en su propio coche.
A medida que disminuyen los precios
de los bol�grafos, disminuye la
venta de l�pices. Como consecuencia
de todo los dicho, al fijar los
objetivos de una determinada pol�tica
de precios es importante hacerse
toda una serie de preguntas: �Qu�
es posible hacer? �De d�nde
proceder�n las ventas que aspiramos
a realizar? �C�mo reaccionar�a la
competencia? �Cu�l ser� el
impacto que tendr� una determinada
estrategia de fijaci�n de precios
en un producto de la gama sobre los
otros productos de la misma gama? �C�mo
es probable que reaccionen los
consumidores potenciales? Y sin
duda, tenemos que hacernos tambi�n
la pregunta m�s importante de
todas: �Qu� estamos intentando
hacer?
7.3 El proceso de fijaci�n de
precios.
De acuerdo con la teor�a econ�mica,
los precios quedan fijados en la
intersecci�n de las curvas de la
oferta y demanda. Sin embargo, a una
empresa concreta esta idea le sirve
de poco. El an�lisis de las curvas
de oferta y demanda puede tener
significado, en sentido amplio, al
analizar toda una categor�a de
productos, tales como el trigo, las
fibras de nil�n, la carne de vacuno
o los aparatos de televisi�n.
Pero a no ser que el producto
ofrecido por la empresa sea �nico y
no tenga una competencia directa (es
decir, que se encuentre en situaci�n
pr�cticamente de monopolio), el
precio fijado por una empresa
individual depende necesariamente de
los precios vigentes en el mercado
para esta categor�a de productos,
ajustados de acuerdo con las
diferencias existentes, y percibidas
por los clientes, entre los
productos de dicha empresa y los
productos de otros fabricantes.
En consecuencia, los objetivos
del proceso de fijaci�n y cambios
de precios son los siguientes:
primero, determinar el valor del
mercado de un producto, en comparaci�n
con los precios de los productos
competitivos; segundo, sondear si ha
habido cambios en la oferta y en la
demanda y, si los ha habido,
ajustarse a la nueva situaci�n,
comprobando la disposici�n de los
competidores a seguir dichos cambios
de precios, y, tercero, ir ajustando
el precio seg�n nos vayan variando
los costes, e impedir que la
escalada de los costes nos erosione
los m�rgenes.
El proceso de fijaci�n de
precios es iterativo y exige la
reapreciaci�n constante de la
evoluci�n del mercado a trav�s del
procedimiento de prueba y error con
riesgo agotado.
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