�A ustedes les asombra, como a m�, la enorme cantidad de
personas desabridas que hay en el �mundo real�? Mucha
gente ha perdido su perspectiva y se toma la vida
horriblemente en serio. Muy de vez en cuando nos topamos con
personas que son un encanto, que han cultivado el sentido del
humor y no se han olvidado de sonre�r.
Esto de aprender a
sonre�r y actuar con entusiasmo es una sugerencia muy
sencilla, sin embargo no toda la gente
la entiende. La
sonrisa y el buen humor son - a menudo - la peque�a-gran
diferencia entre un buen y un mal negocio; entre un contacto
efectivo y un v�nculo frustrado. Muchas veces no captamos esa
diferencia porque es casi imperceptible, pero� pensemos un
poco:
Los productos y precios
de un negocio son iguales a los del negocio de enfrente. La
comida del restaurante A es similar a la del
restaurante B. Los zapatos que venden en
la tienda C
son los mismos que se encuentran en
la tienda D. Hay
una multitud de ejemplos que podr�amos dar sobre la similitud
de productos y servicios, que en apariencia son iguales en
calidad y precio. Los mozos del caf� E son m�s simp�ticos
y amigables que los del caf� F.
En tal igualdad de
condiciones, yo me inclino por concurrir a comprar donde los
empleados sonr�en, son amigables. No invasivos ni
confianzudos, solamente respetuosamente amigables y
entusiastas. Que me brindan un trato distendido, que no me
presionan y que son sinceros cuando deben asesorarme sobre un
producto o servicio. Al fin y al cabo el caf� es igual y
cuesta lo mismo, los zapatos tambi�n, la comida, el ambiente
y la ubicaci�n son tambi�n muy similares; no obstante la
gran diferencia la hace el trato de las personas que me
atienden.
Hay en mi barrio un peque�o
comercio de comidas y reposter�a, cuyo due�o y su esposa son
las personas m�s amables y atentas que he conocido. No hay
nada en ese negocio que no podamos encontrar en cualquier otro
� y probablemente a menor precio � pero la verdad es que
preferimos seguir comprando all�, mi familia y yo, por la
amabilidad y buen humor de los propietarios. Que inclusive nos
tratan por nuestros nombres propios, y no porque seamos pocos
sus clientes, sino porque han hecho del buen trato y la
amabilidad su propia filosof�a de negocios. Siempre
sonrientes, siempre de buen humor y no creo que est�n
exentos de problemas y preocupaciones, como todo el
mundo. De hecho
tienen un hijito minusv�lido, que tiene tan buen car�cter y
buen humor como sus propios padres!
Les pregunto: �d�nde
comprar�an ustedes? �donde la atenci�n es como tramitar un
complicado expediente ministerial, o en el lugar cuya vidriera
es un rostro que sonr�e amistosamente�? Ninguna publicidad
podr� hacer que se gane la confianza de su cliente en igual
medida. Es una estrategia de marketing eficaz y gratuita. Lo
mismo ocurre cuando elegimos un m�dico, un peluquero, un
dentista, un plomero, un contador, un mec�nico o cualquier
otro profesional.
Obviamente queremos y
necesitamos gente competente, que haga bien su trabajo, que
elabore bien su producto, que preste eficientemente su
servicio. Sin embargo, en igualdad de condiciones elegimos
acudir al lugar donde nos atienden personas agradables.
Creo que existen
demasiados vendedores con �cara de nada�, que la mayor�a
de las veces atemorizan y espantan a los prospectos. Es
probable que eso ocurra porque est�n desconformes con lo que
hacen, o trasladan a la profesi�n sus problemas personales, o
simplemente porque son inexpresivos. Personalmente, huyo de
esas personas que solo me ofrecen un producto o servicio que
bien puedo conseguir en iguales o mejores condiciones,
asesorado por alguien que ponga entusiasmo en lo que hace, se
muestre simp�tico, indague sobre mis necesidades y no me
abrume con su flem�tica indiferencia.
He evitado concurrir a
determinados m�dicos, cuando se comportan como si uno fuese
un maniqu�, que no responden a nuestras preguntas, ni nos dan
raz�n de sus decisiones��sobre nosotros mismos y nuestra
salud! �Nunca les
ocurri�? Voy al m�dico competente, amigable, que me explica
detenidamente qu� problema tengo, qu� vamos a hacer entre
ambos para superarlo, y me comporto como el m�s juicioso de
los pacientes. �Por qu� no elegir a alguien competente y que
por a�adidura sonr�e y me trata amigablemente?.
Los beneficios que nos
reportar�n el buen humor y el entusiasmo en cualquier negocio
que realicemos, van mucho m�s all� de obtener mayores
utilidades econ�micas. Tambi�n disfrutaremos del privilegio
de sentirnos mejor y de hacer sentir mejor a nuestros
clientes, usuarios
y prospectos. Creo que el sonre�r y mantener un buen humor,
proporcionan m�s energ�a y salud que muchos medicamentos. As�
que an�mense�y sonr�an; la gratificaci�n ser�
inmediata e importante�y no tiene contraindicaciones!
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