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Memor�ndum de Dios
de "El milagro m�s grande del mundo"

 

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Memor�ndum de Dios
PARA: TI
DE: DIOS
Pide consejo.
Escucho tu lamento.
Este atraviesa la oscuridad, se filtra entre las nubes, se mezcla con la luz de las estrellas, y
encuentra su camino hacia mi coraz�n montado en un rayo del sol.
Me he angustiado al escuchar el lamento de una liebre atrapada en el cepo, por el gorri�n
que ha ca�do de su nido, por un ni�o que yace en una charca, o por el hijo que derrama su
sangre en una cruz.
Sabe tambi�n que te escucho. Est� en paz. Est� tranquilo.
Tengo consuelo para tu pena, ya que conozco su causa... y su cura.
Lloras por todos tus sue�os infantiles que se han desvanecido con los a�os.
Lloras por tu dignidad que ha sido corrompida por el fracaso.
Lloras porque tu potencialidad que ha sido cambiada por seguridad.
Lloras por tu individualidad que ha sido pisoteada por la gente.
Lloras por tu talento que ha sido desperdiciado por el mal uso.
Te consideras desgraciado y te volteas aterrado a causa de la imagen que ves en el
estanque. �Qui�n es esta mofa humana que te observa con insensibles ojos de verg�enza?
En d�nde est� la gracia de tus modales, la belleza de tu figura, tu agilidad de movimientos,
tu claridad de pensamiento, el esplendor de tu conversaci�n? �Qui�n se rob� tus bienes?
�Conoces la identidad del ladr�n como la conozco yo?
En una ocasi�n posaste la cabeza en una almohada de hierba en el campo de tu padre y
observaste una catedral de nubes y supiste que, a su tiempo, todo el oro de Babilonia ser�a
tuyo.
En una ocasi�n le�ste muchos libros y escribiste muchas cuartillas, convencido, sin temor a
equivocarte, que igualar�as y superar�as toda la sabidur�a de Salom�n.
Y las estaciones desembocar�an en los a�os hasta la eternidad; ser�as el rey supremo de tu
propio para�so.
�Recuerdas qui�n implant� en tu ser aquellos planes, sue�os y semillas de esperanza?
No puedes recordarlo.
No recuerdas ese momento en el cual emergiste del vientre de tu madre y pos� mi mano
sobre tu suave frente.
�Y el secreto que murmur� en tu peque�o o�do cuando te conced� mis bendiciones?
�Recuerdas nuestro secreto?
No puedes recordarlo.
El paso de los a�os ha destruido tus recuerdos, ya que ha llenado tu mente con el miedo, la
duda, la ansiedad, el remordimiento, el odio, porque no hay lugar para los recuerdos
agradables en donde habitan estas bestias.
No llores m�s. Estoy contigo... y este momento es la l�nea divisoria de tu vida. Todo eso
que ha tenido lugar antes no fue m�s que un lapso parecido al que pasaste dormido en el
vientre de tu madre. Lo pasado est� muerto. Permite que los muertos entierren a sus
muertos.
En este d�a regresas de tu muerte viviente.
Este d�a, al igual que El�as con el hijo de la viuda, me extiendo sobre ti tres veces y te
devuelvo la vida.
En este d�a, al igual que Eliseo con el hijo de la sunamita, pongo mi boca sobre la tuya,
mis ojos sobre los tuyos y mis manos sobre tus manos, y tu carne recobra el calor.
En este d�a, al igual que Jes�s en la tumba de L�zaro te ordeno que salgas de tu sepultura
para empezar una nueva vida.
Este es tu aniversario. Esta es tu nueva fecha de nacimiento. Tu primera vida, al igual que
en una obra de teatro era solamente un ensayo. Esta vez el tel�n est� subido. Esta vez el
mundo observa y espera para aplaudir. Esta vez no fallar�s.
Enciende tus velas. C�mprate tu pastel. Sirve el vino, Has renacido.
Al igual que la mariposa al salir de su cris�lida, volar�s... vuela tan alto como desees, y ni
las avispas ni las lib�lulas ni las cadenas de la humanidad obstaculizar�n tu misi�n o
b�squeda de las verdaderas riquezas de la vida.
Siente mi mano sobre tu cabeza.
Atiende a mi sabidur�a.
D�jame compartir contigo, otra vez, el secreto que escuchaste a la hora de tu nacimiento y
que has olvidado.
T� eres el milagro m�s grande.
Eres el milagro m�s grande del mundo.
Esas fueron las primeras palabras que escuchaste. Despu�s lloraste. Todos lloran.
Entonces no me cre�ste... y nada que corrija tu incredulidad ha pasado en estos a�os
intermedios. �C�mo podr�as ser un milagro cuando te consideras un fracaso hacia las
tareas m�s sencillas? C�mo puedes ser un milagro cuando tienes poca confianza para
manejar la m�s trivial de las responsabilidades? �C�mo es posible que seas un milagro
cuando llega a estremecerte la duda y permaneces alerta sobre c�mo obtener el alimento
de ma�ana?
Es suficiente. La leche que se derrama es amarga. Sin embargo, �cu�ntos profetas, cu�ntos
sabios, cu�ntos poetas, cu�ntos artistas, cu�ntos compositores, cu�ntos cient�ficos, cu�ntos
fil�sofos y mensajeros he enviado para que te hablaran de tu divinidad, de tu potencialidad
para asemejarte a m�, y los secretos para lograrlo? �C�mo les trataste?
Sin embargo, te sigo amando y estoy ahora a trav�s de estas palabras, para cumplir con el
profeta que anuncia que el Se�or posar� nuevamente su mano, por segunda ocasi�n, para
recuperar los indicios de su pueblo.
He posado mi mano nuevamente.
Esta es la segunda vez.
Eres mi indicio.
Es in�til preguntar, �no sab�as, no escuchaste, no se te dijo desde el principio? �No
entendiste la creaci�n de la Tierra?
No has sabido; no has escuchado; no has entendido.
Se te ha dicho que eres una pieza especial del trabajo, noble en raz�n, infinito en
facultades, expreso y admirable en forma y movimiento igual que un �ngel en acci�n, como
un dios encarcelado.
Se te ha dicho que eres la sal de la tierra.
Se te dio el secreto para mover monta�as, para realizar lo imposible.
No le cre�ste a nadie. Quemaste tu mapa de la felicidad: abandonaste tu derecho a tener
paz mental; apagaste las velas que hab�an sido colocadas a lo largo de tu ruta hacia la
gloria, y despu�s vacilaste, perdido y aterrado, en la oscuridad de la futilidad y la
autocompasi�n, hasta que ca�ste en el infierno que era tu propia creaci�n.
Entonces lloraste y golpeaste tu pecho y maldijiste la suerte que se hab�a adue�ado de ti.
Rehusaste aceptar las consecuencias de tus propios pensamientos mezquinos e
insignificantes acciones, y buscaste un chivo expiatorio a quien culpar de tu fracaso. �Con
cu�nta rapidez lo encontraste!
�Me culpaste a m�!
Gritaste que tus defectos, tus mediocridades, tu falta de oportunidad, tus fallas... eran la
voluntad de Dios!
�Estabas equivocado!
Hagamos un inventario. Primero hagamos la cuenta de tus defectos. �C�mo voy a pedirte
que construyas una nueva vida si no cuentas con las herramientas?
�Est�s ciego? �Sale y se mete el sol sin que t� lo atestig�es?
No. Puedes ver... y los cien millones de receptores que deposit� en tus ojos te permiten
gozar de la magia de una hoja, de un copo de nieve, de un estanque, una �guila, un ni�o,
una nube, una estrella, una rosa, el arco iris... y la mirada del amor. Anota un don.
�Est�s sordo? �Puede re�r o llorar un beb� sin que te des cuenta?
No. Puedes oir... y los veinticuatro mil filamentos que puse en cada uno de tus o�dos vibran
con el viento de la arboleda, con las mareas que chocan contra las rocas, con la
majestuosidad de una �pera, con el canto de un petirrojo, con el juego de los ni�os... y con
la palabra te amo. Anota otro don.
�Eres mudo? �Se mueven tus labios y s�lo emiten saliva?
No. Puedes hablar... ninguna otra de mis criaturas puede hacerlo, y tus palabras pueden
calmar al enojado, animar al abatido, estimular al cobarde, alegrar al triste, acompa�ar
al solitario, premiar al valeroso, alentar al vencido, ense�ar al ignorante... y decir te amo.
Anota otro don.
�Est�s paral�tico? �Ocasiona tu invalidez que te despojen de tu tierra?
No. Te puedes mover. No eres un �rbol condenado a una peque�a porci�n de tierra,
mientras el mundo y el viento abusan de ti. Puedes pasear, correr, bailar, y trabajar, ya
que dentro de tu ser he dise�ado quinientos m�sculos, doscientos huesos y siete mil nervios
que est�n sincronizados para obedecerte. Anota otro don.
�Ni amas ni te aman? �Te oprime la soledad d�a y noche?
No. Jam�s. Ahora conoces el secreto del amor, que consiste en que para recibir amor debe
entregarse sin reciprocidad. Amar por satisfacci�n u orgullo, no es amar. El amor es un
regalo por el cual no se exige nada a cambio. Ahora sabes que el amor sin ego�smo es su
recompensa. Y aun cuando el amor no sea devuelto no est� perdido., ya que el amor que
no es rec�proco regresar� a ti y ablandar� y purificar� tu coraz�n. Anota otro don. Cuenta
doble.
�Es d�bil tu coraz�n? �Tiene que luchar y esforzarse para mantenerte con vida?
No. Tu coraz�n es fuerte. Pon tu mano sobre el pecho y siente su ritmo, bombeando hora
tras hora, d�a y noche, treinta y seis millones de latidos al a�o, a�o tras a�o, despierto o
dormido, impulsando la sangre a trav�s de cien mil kil�metros de venas, arterias, y que
llevan... m�s de dos millones de litros de sangre al a�o. El hombre jam�s fue creado como
una m�quina. Anota otro don.
�Estas enfermo de la piel? �Las personas se vuelven horrorizadas cu�ndo te acercas?
No. Tu piel est� limpia y es una maravillosa creaci�n que s�lo necesita que la cuides con
jab�n, aceite, cepillo y cari�o. Con el tiempo todas las armaduras se oxidar�n y
herrumbrar�n, no as� tu piel. Finalmente, hasta el m�s fuerte de los metales se deteriora
por el uso, mas no la cubierta que he creado a tu alrededor. Se renueva constantemente;
las c�lulas viejas son reemplazadas por las nuevas, de igual forma que tu viejo ser es
reemplazado por el nuevo. Anota otro don.
�Se est�n desbaratando tus pulmones? �Lucha tu aliento de vida por poder entrar en tu
cuerpo?
No. Las puertas a la vida te sostienen hasta en el m�s vil de los ambientes que t� has
creado y trabajan siempre para filtrar el ox�geno que da la vida a trav�s de seiscientos
millones de alv�olos que se encargan de librar a tu cuerpo de los desperdicios gaseosos.
Ahora, anota otro don.
�Est� envenenada tu sangre? �Est� diluida por el agua y la supuraci�n?
No. En tus cuatro litros de sangre existen veintid�s millones de c�lulas y dentro de cada
c�lula existen millones de mol�culas, dentro de cada mol�cula hay un �tomo que oscila
m�s de diez millones de veces por segundo. Cada segundo mueren dos millones de tus
c�lulas sangu�neas para ser remplazadas por dos millones m�s en una resurrecci�n que ha
continuado desde el d�a de tu nacimiento. De la forma en que esto ha sucedido siempre en
tu interior, sucede ahora en tu exterior. Anota otro don.
�Eres retardado mental? �No puedes pensar por ti mismo?
No. Tu cerebro es la estructura m�s compleja del universo. Lo s�. Dentro de sus mil o m�s
gramos hay trece mil millones de c�lulas nerviosas, m�s de tres veces m�s c�lulas que
personas habitan tu planeta. Para ayudarte a archivar cada percepci�n, cada sonido, cada
sabor, cada olor, cada acci�n realizada por ti desde el d�a en que naciste, he implantado
en tus c�lulas m�s de mil trillones de mol�culas proteicas. Todos los sucesos de tu vida se
encuentran ah� esperando a que los recuerdes. Y, para ayudar a tu cerebro en el gobierno
de tu cuerpo, he dispersado en tu organismo cuatro millones de estructuras sensibles al
dolor, quinientos mil detectores t�ctiles y m�s de doscientos mil detectores de temperatura.
Ninguna naci�n protege sus reservas de oro mejor de lo que t� est�s protegido. Ninguna de
sus antiguas maravillas est�n mejor protegidas que t�.
T� eres mi creaci�n m�s fina.
Dentro de tu ser existe la suficiente fuerza at�mica para destruir cualquiera de las grandes
naciones de tu mundo... y para reconstruirla.
�Eres pobre? �No posees oro ni plata?
No. �Eres rico! Hemos contado juntos tu riqueza. Analiza la lista. Vuelve a contar. �Tasa
tus bienes!
�Por qu� te has traicionado? �Por qu� gritaste que todos los dones de la humanidad te
hab�an sido negados? �Por qu� te enga�aste pensando que eras d�bil para cambiar tu
vida? �Careces de talento, sentidos, capacidades, placeres, instintos, sensaciones y
orgullo? �Por qu� te arrastras en las sombras, como un gigante derrotado, esperando s�lo
el transporte hacia la vac�a y h�meda bienvenida del infierno?
Tienes demasiadas cosas. Tus dones se derraman de tu copa... y t� has sido negligente con
ellos, como un ni�o echado a perder por lujos, debido a que los he implantado en ti con
regularidad y generosidad.
Cont�stame.
Cont�state a ti mismo.
�Qu� hombre rico, viejo o joven, retardado o in�til no cambiar�a a todas sus riquezas por
los dones que t� has tratado tan a la ligera?
Conoce entonces el primer secreto de la felicidad y el �xito... que posees a�n ahora, todos
los dones necesarios para obtener la gran gloria. Esos son tus tesoros, tus herramientas
con las cuales construir, empezando hoy, la base para una nueva y mejor vida.
Por lo tanto, haz como te digo; cuenta tus dones, y est� consciente de que eres mi creaci�n
m�s grande. Esta es la primera ley que debes obedecer para realizar el milagro m�s
grande del mundo, el regreso de tu humanidad de la muerte viviente.
Y agradece las lecciones aprendidas de la pobreza. El pobre no es el que tiene poco, sino
el que desea mucho... y la verdadera seguridad descansa no en las cosas que uno posee
sino en las cosas que puede hacer sin ellas.
�D�nde est�n los defectos que ocasionaron tu fracaso? S�lo existen en tu mente.
Cuenta tu dones.
Y la segunda ley se parece a la primera. Ten conciencia de tu individualidad.
Te has condenado a una fosa com�n, y ah� permaneces, incapaz de perdonar tu propio
error, destruy�ndote con odio hacia tu ser, autoincriminaci�n, repulsi�n hacia los cr�menes
que has cometido contra ti y contra otros.
�No est�s perplejo?
�No te preguntas por qu� soy capaz de perdonar tus faltas, tus transgresiones, tu
vergonzoso comportamiento... aun cuando t� no puedes perdonarte?
Ahora me dirijo a ti por tres razones. Me necesitas. No eres una horda de destrucci�n
dentro de una masa gris de mediocridad. Y... eres una gran rareza.
Analiza una pintura de Rembrandt, o un bronce de Degas o un viol�n Stradivarius o una
obra de Shakespeare. Son de mucho valor por dos razones: sus creadores eran maestros y
son pocos en cantidad. Sin embargo, existe m�s de uno en cada especialidad.
Siguiendo este razonamiento, eres el tesoro m�s valioso en la superficie de la tierra, pues
sabes qui�n te cre� y no hay nadie como t�.
Nunca ha habido entre los setenta mil millones de seres que han caminado sobre el planeta
desde que �ste fue creado, un ser que haya sido exactamente igual a ti.
Nunca, hasta el fin del mundo, habr� otro igual a ti.
No has mostrado conciencia o aprecio de tu individualidad.
M�s, eres una creaci�n �nica en el mundo.
De tu padre emanaron en su momento de amor supremo, un sinn�mero de semillas de
amor, m�s de cuatrocientos millones. Todas ellas, mientras nadaban dentro de tu madre,
entregaron el alma a Dios y murieron. �Todas, excepto una! T�.
S�lo t� preservaste dentro del amoroso calor del cuerpo de tu madre, buscando tu otra
mitad, una sola c�lula de tu madre, tan peque�a que se necesitar�an m�s de dos millones
de estas para llenar una bellota. Sin embargo, a pesar de las imposibilidades, y el vasto
oc�ano de oscuridad y desastre, perseveraste, encontraste la c�lula infinitesimal, te uniste
a ella y empez� una nueva vida. Tu vida.
Llegaste, trayendo contigo, como lo hacen todos los ni�os, el mensaje que dice que no me
he desilusionado del hombre. Dos c�lulas, ahora unidas en un milagro. Dos c�lulas, cada
una con veintitr�s cromosomas y en cada cromosoma cientos de genes que regir�n cada
caracter�stica tuya, desde el color de tus ojos hasta el encanto de tus modales y el tama�o
de tu cerebro.
Con todas las combinaciones bajo mi gobierno, empezando por ese espermatozoide
solitario de entre cuatrocientos millones, de tu padre, hasta los cientos de genes en cada
uno de los cromosomas de tus padres podr�a haber creado trescientos billones de seres,
siendo cada uno diferente.
�Pero a qui�n cre�?
A ti. �nico en su clase. �nico entre los �nicos. Un premio sin precio, poseedor de
cualidades en mente, habla, movimiento, apariencia y acciones que nunca tuvo otro ser
que haya vivido, viva o viviere.
�Por qu� te has valorado en centavos cuando tu valor es comparable a la riqueza de un
rey?
�Por qu� escuchaste a quienes te menospreciaron?... y, peor a�n, �por qu� les cre�ste?
Recuerda. No sigas escondiendo tu individualidad en la oscuridad. S�cala. Mu�strala al
mundo. Esfu�rzate por no caminar como tu hermano, ni a hablar como habla tu dirigente,
ni a trabajar como trabaja el mediocre. Nunca hagas lo que otro. Nunca imites a nadie.
Como ya sabes, no debes imitar al malo, pues el que lo imita, siempre lo supera, mientras
que quien imita al bueno siempre se queda corto... No imites a nadie. S� t� mismo. Muestra
al mundo tu individualidad y �l te ba�ar� en oro. Esta es, pues, la segunda ley.
Proclama tu individualidad.
Y ahora has recibido dos leyes.
�Cuenta tus dones! �Proclama tu individualidad!
No tienes trabas. No eres mediocre.
Haces una se�al afirmativa. Fuerzas una sonrisa. Admites tu propia decepci�n.
�Y tu pr�xima queja? �La oportunidad nunca te busca?
Acepta el consejo, y eso pasar�, ya que ahora te doy la ley del �xito en todo. Hace muchos
siglos se dio esta ley a tus antepasados desde la cima de una monta�a. Algunos siguieron
la ley y se salvaron; sus vidas estaban llenas con el fruto de la felicidad, el cumplimiento,
el oro y la paz mental. La mayor�a no escuch�, ya que buscaba medios m�gicos, rutas
tortuosas, o esper� a que el demonio llamado suerte le mandara las riquezas de la vida.
Esper� en vano... igual que t� esperaste, y despu�s llor�, del mismo modo que t�,
culp�ndome por su falta de suerte.
Esta ley es sencilla. Joven o viejo, mendigo o rey, blanco o negro, hombre o mujer... todos
pueden utilizar el secreto en provecho propio, ya que de todas las normas, pl�ticas y
escritos sobre el �xito y c�mo lograrlo, solamente un m�todo nunca ha fallado... si alguien
te pide que le acompa�es a caminar un kil�metro... acomp��alo dos.
Entonces esta es la tercera ley... el secreto que producir� riquezas y te proyectar� m�s all�
de tus sue�os. �sigue adelante otro kil�metro!
El �nico medio cierto de triunfar es rendir m�s y mejor de lo que se espera de ti, sin
importar de que se trate. Este es un h�bito seguido por todas las personas de �xito desde el
principio de los tiempos. Por lo tanto, te digo que el camino m�s seguro para condenarte a
la mediocridad es realizar solamente el trabajo por el que se te paga.
No pienses que te est�n enga�ando si rindes m�s de lo que se te paga, ya que hay un
p�ndulo para toda la vida y lo que trabajes, si no te es recompensado ahora, lo ser�
ma�ana multiplicado por diez. El mediocre nunca camina otro kil�metro, piensa que no
vale la pena seguir adelante. Pero t� no eres mediocre. Caminar otro kil�metro es un
privilegio del que debes apropiarte por iniciativa propia. No puedes, no debes, y la
responsabilidad de tu fracaso son �nicamente tuyos.
Ya no puedes servir recibiendo solamente la compensaci�n que en principio ser�
entregada, sin sufrir la p�rdida de la recompensa. La causa y el efecto, medios y fines,
semilla y fruto, no pueden estar separados. El efecto es la causa, el fin preexiste en los
medios y el fruto est� siempre en la semilla.
Camina otro kil�metro.
No te preocupes por ti mismo, ya que as� servir�as a un amo desagradecido. S�rvelo m�s.
Y en lugar de �l, deja que sea yo el que est� endeudado, y as� sabr�s que cada minuto,
cada servicio extra ser� remunerado. Mientras mayor sea el pago retenido, mejor ser�
para ti... y el inter�s compuesto en el inter�s compuesto es el beneficio m�s grande de la
ley.
No puedes ordenar el �xito, s�lo puedes merecerlo... y ahora conoces el gran secreto
necesario para merecer su extra�a recompensa.
�Camina otro kil�metro!
�En d�nde se encuentra el campo desde el cual gritaste que no exist�a una oportunidad?
�Observa! Mira a tu alrededor. V� que , en donde s�lo ayer te revolcabas en la
autocompasi�n, ahora caminas erguido sobre una alfombra de oro. Nada ha cambiado...
excepto t�, pero t� lo eres todo.
Eres mi milagro m�s grande.
Eres el milagro m�s grande del mundo.
Y ahora las leyes de la felicidad y el �xito son tres.
�Cuenta tus dones! �Proclama tu individualidad! �Camina otro kil�metro!
S� paciente con tu progreso. Para contar tus dones con gratitud, para proclamar tu
individualidad con orgullo, para caminar otro kil�metro m�s y despu�s otro, estos actos no
pueden hacerse en un abrir y cerrar de ojos. Pues lo que obtienes con mayor dificultad, lo
retienes durante m�s tiempo; como aquellos que ganan una fortuna, son m�s cuidadosos
con ella que aquellos que la heredan.
Y no temas entrar en tu nueva vida. Toda adquisici�n noble se obtiene con sus riesgos.
Quien teme encontrar algo, no debe esperar obtener lo otro. Ahora sabes que eres un
milagro. Y no existe el temor en un milagro.
S� orgulloso. No eres un capricho moment�neo de un creador descuidado que hace
experimentos en el laboratorio de la vida. No eres un esclavo de fuerzas que no puedes
comprender. Eres una manifestaci�n libre de mi ser, de mi amor. Fuiste creado con un
prop�sito.
Siente mi mano. Escucha mis palabras.
Me necesitas... y yo te necesito.
Tenemos un mundo que reconstruir... y si se necesita de un milagro, �qu� es eso para
nosotros? Ambos somos milagros y ahora nos tenemos el uno al otro.
Jam�s he perdido la fe en ti desde aquel d�a en que por primera vez te salv� de la ola
gigantesca y te arroj� desamparado sobre la playa. De la forma en que mides el tiempo,
esto tuvo lugar hace m�s de quinientos millones de a�os. Hubo muchos modelos, muchos
cortes, muchas tallas antes de que alcanzara la perfecci�n en ti, hace m�s de treinta mil
a�os. No he hecho un esfuerzo posterior para mejorarte a �ltimas fechas.
�Pues c�mo voy a mejorar un milagro? Eras una maravilla que contemplar y me sent�a
satisfecho. Te di este mundo y el dominio sobre �l. Despu�s, para que fueras capaz de
alcanzar el m�ximo de tu potencial, pos� mi mano sobre ti, una vez m�s, y te dot� de
poderes desconocidos para todas las dem�s criaturas del universo, a�n hasta hoy.
Te di el poder de pensar.
Te di el poder de amar.
Te di el poder de determinar.
Te di el poder de re�r.
Te di el poder de imaginar.
Te di el poder de crear.
Te di el poder de planear.
Te di el poder de hablar.
Te di el poder de rezar.
Mi orgullo era que no conoc�as ataduras. Eras mi creaci�n �ltima, mi mayor milagro. Un
ser vivo completo. Uno que puede adaptarse a cualquier clima, a cualquier trabajo pesado,
a cualquier desaf�o. Uno que puede crear su propio destino sin ninguna interferencia por
mi parte. Uno que puede traducir cualquier sensaci�n, o percepci�n, no por el instinto,
sino mediante el pensamiento y el an�lisis en cualquier acci�n que sea mejor para �l y
para toda la humanidad.
As� pues, llegamos a la cuarta ley del �xito y la felicidad... ya que te di un poder m�s, un
poder tan grande que ni los �ngeles lo poseen.
Te di... el poder de elecci�n.
Con este regalo te situ� por encima de mis �ngeles... ya que los �ngeles no son libres para
escoger el pecado. Te di dominio total sobre tu propio destino. Te dije que determinaras
por ti mismo tu propia naturaleza de acuerdo con tu propia voluntad. No siendo ni divino
ni terrestre por naturaleza fuiste libre de modelarte en la forma en que prefieras. Pose�as
el poder de elecci�n para degenerar en la forma m�s baja de vida, pero tambi�n ten�as el
poder, fuera del juicio de tu alma, de renacer en la forma m�s elevada, que es divina.
Nunca te he quitado tu gran poder, o sea, el de elecci�n.
�Qu� has hecho con esta tremenda fuerza? M�rate. Piensa en las elecciones que has hecho
en tu vida y recuerda, ahora, aquellos amargos momentos en los que caer�as de rodillas si
tan s�lo tuvieras la oportunidad de elegir nuevamente.
Lo pasado, pasado est�... y ahora conoces la cuarta gran ley para la felicidad y el �xito...
Usa sabiamente tu poder de elecci�n.
Elige amar... en lugar de odiar.
Elige re�r... en lugar de llorar.
Elige crear... en lugar de destruir.
Elige perseverar... en lugar de renunciar.
Elige alabar... en lugar de criticar.
Elige curar... en lugar de herir.
Elige dar... en lugar de robar.
Elige actuar... en lugar de aplazar.
Elige crecer... en lugar de consumirte.
Elige bendecir... en lugar de blasfemar.
Elige vivir... en lugar de morir.
Ahora sabes que tus desventuras no eran mi voluntad ya que todos los poderes empleados
sobre ti, y el monto de acciones y pensamientos que te situaron en el rechazo de la
humanidad eran lo que t� hac�as, no yo. Mis regalos de poder eran demasiado grandes
para tu peque�a naturaleza. Ahora te has vuelto grande y sabio, y los frutos de la tierra
ser�n para ti.
Eres algo m�s que un ser humano, eres un ser humano digno.
Eres capaz de realizar maravillas. Tu potencialidad es ilimitada. �Cu�l otra de mis
criaturas ha dominado el fuego? �Cu�l otra de mis criaturas ha conquistado la gravedad;
ha caminado por los cielos; ha dominado la enfermedad, la peste y la sequ�a?
�Nunca menosprecies nuevamente a tu persona!
�No te rebajes por las cosas insignificantes de la vida!
�Nunca ocultes tus talentos, de ahora en adelante!
Recuerda al ni�o que dijo: "Cuando sea un ni�o grande". �Pero qu� es eso? Los ni�os
grandes dicen: "Cuando crezca". Y los adultos dicen: "Cuando me case". Pero, �despu�s
de todo qu� es estar casado? El pensamiento entonces cambia a: "Cuando me jubile". Y
entonces, llega la jubilaci�n y observa el panorama de lo hecho; un viento helado pasa
sobre eso y de alguna forma lo ha perdido y se ha ido.
Disfruta de este d�a, hoy... y ma�ana disfruta ma�ana.
Has realizado el milagro m�s grande del mundo.
Has regresado de tu muerte viviente.
Nunca m�s sentir�s autocompasi�n y cada nuevo d�a ser� un desaf�o y una alegr�a.
Has nacido nuevamente... pero igual que antes, puedes elegir entre el fracaso y la
desesperaci�n o el �xito y la felicidad. La elecci�n es exclusivamente tuya. Yo solamente
puedo observarte, como antes... orgulloso... o apenado.
Recuerda entonces las cuatro leyes de la felicidad y el �xito.
Anota tus dones.
Proclama tu individualidad.
Camina otro kil�metro.
Usa sabiamente tu poder de elecci�n.
Y algo m�s, para complementar las otras cuatro leyes.
Haz todo con amor... amor por ti, amor por otros y amor por m�.
Seca tus l�grimas. Sal, toma mi mano y mant�nte erguido.
Perm�teme quitarte las mortajas que te atan.
Este d�a ha sido notificado.
T� eres el milagro m�s grande del mundo.

 

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