Hay una tendencia humana natural que nos lleva a dirigir
nuestra energ�a hacia lugares donde �sta no genera
resultados. Particularmente cuando se trata de alguna queja o
incomodidad. �Y mucho m�s si hablamos del mundo del trabajo!
Imagine
la situaci�n (es f�cil, porque usted ya ha estado ah� o lo
ha visto innumerables veces): dos colegas toman un peque�o
recreo frente a la m�quina de caf�. El tema de la charla que
se desarrolla es la inconcebible incapacidad de un jefe o de
la organizaci�n para percibir una situaci�n que requerir�a
la toma de medidas m�s o menos inmediatas. Un observador
casual que pasara por all� escuchar�a sueltas en el discurso
frases tales como: "Mira que yo ya se lo he
dicho..." o bien "Pero ya sabes, con este tipo es in�til...".
Luego
de algunos minutos y quejas est�riles ambos colegas retornan
a sus tareas. �Le suena familiar?
Estas
dos personas han hecho lo que yo llamo "orinar ante la m�quina
de caf�". S� que la figura es poco elegante, pero
resigno elegancia por claridad. Me refiero a que se han
quitado de encima algo que es casi una incomodidad f�sica; es
un ejercicio de catarsis para expulsar de la cabeza una cr�tica,
una queja. Pero �cambia algo?
Es
como cuando usted sale de una tienda en la que no lo han
atendido bien. Una vez que est� en la calle toma un taxi y le
comenta al conductor lo mal que lo trataron. En el mejor de
los casos el taxista lo mirar� por el espejo y dir�: "S�,
qu� barbaridad �no?�. �Cambiar� algo en esa tienda
gracias a este comentario? Dif�cil. Lo que Ud. deber�a hacer
es hablar con el gerente de la misma, que es quien puede tal
vez modificar algo.
En
su empresa pasa lo mismo.
Para
cambiar algo en una empresa hay que recorrer cuatro pasos:
1)
Identificar
el problema. No
olvidemos que problemas iguales pueden tener causas distintas.
Si se trata, por ejemplo, de dificultades en los env�os a
nuestros clientes, es importante saber si estamos hablando de
problemas en la toma de pedidos, en el armado de los env�os
en el dep�sito, en la log�stica de entrega, etc.
2)
Cuantificarlo.
La compa��a querr� actuar s�lo si el problema lo amerita.
Y muchas veces las quejas ante la m�quina de caf� se
producen por convertir excepciones en reglas. Vale decir: el
problema de entregas -que ocurri� s�lo un par de veces- se
convierte en "Siempre tenemos problemas de
entregas". Y tal vez no es tan grave como para generar
nada (ni consecuencias ni deseos de actuar). Ahora, si es
realmente grave genera un perjuicio econ�mico. �Identifique
el monto! (Ud. habr� escuchado decir que �por la plata
baila el mono�)
3)
Proponer
una soluci�n que lo involucre a usted.
Una vez que identific� el problema y que al cuantificarlo
descubre que debe ser atacado, proponga una soluci�n. Lo �ltimo
que quiere un directivo es otro ovillo de lana al que no se le
ve
la punta. Si
usted quiere que su jefe escuche con atenci�n su problema, tr�igale
tambi�n una soluci�n de la que usted participe. Lo
pen�ltimo que quiere un directivo es otro cap�tulo de
"Anim�monos y vayan". No hay certeza de que su
soluci�n vaya a ser instrumentada. Pero menos a�n la habr�
si no la propone.
4)
Hacer
seguimiento. Una
vez puesto en marcha cualquier proyecto, �ste debe ser
evaluado para verificar que haya cumplido con el objetivo que
le dio origen. Por otro lado es una buena forma de que lo
escuchen con atenci�n la pr�xima vez que vaya con una
propuesta.
Todas las organizaciones son perfectibles. La suya tambi�n.
Si ve algo que merece ser mejorado, elija entre las dos
opciones posibles: quejarse ante la m�quina de caf� o poner
manos a la obra.
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