Las ventas como objetivo principal
La
mayor�a de las empresas tienen como objetivo principal las
ventas y las pol�ticas comerciales est�n dirigidas a
aumentar constantemente la cifra de negocio de las compa��as.
Por desgracia este objetivo se convierte en el �nico norte de
muchas compa��as que destinan ingentes esfuerzos a conseguir
vender cada vez m�s pero se descuidan aspectos tan
importantes como la rentabilidad de las ventas y los riesgos
que suponen los cr�ditos comerciales.
La
gesti�n del riesgo del cr�dito comercial
El
riesgo que supone dichas cuentas de clientes
supone para muchos una incertidumbre de cobro dif�cil
de asumir, por lo
que para protegerse de los posibles impagos o
retrasos en el cobro, se pueden tomar una serie de
medidas que servir�n para garantizar el cobro de las
operaciones comerciales a cr�dito.
Las
medidas para prevenir la morosidad se deben tomar al principio
de las operaciones comerciales �y no al final como se
acostumbra a hacer� es decir en la fase de preventa (antes
de aceptar un pedido o dar cr�dito a un nuevo cliente)
No
obstante las empresas pueden disminuir considerablemente los
retrasos en el cobro de sus facturas, as� como evitar las p�rdidas
ocasionadas por fallidos y morosos si adoptan una serie de
medidas de f�cil implementaci�n en el seno de sus
organizaciones. Estas medidas son la organizaci�n de un buen
sistema de gesti�n de cobro, la reclamaci�n temprana de
saldos vencidos y buenos procedimientos de recobro de
impagados.
Las situaciones t�picas que conducen a la morosidad
En
muchas compa��as por pol�tica comercial se ejerce excesiva
presi�n sobre los equipos comerciales
para acelerar las ventas de los productos. Pero esto
tiene como efecto secundario un incremento de la morosidad y
la prolongaci�n de los plazos de cobro. Asimismo la morosidad
en las empresas es un fen�meno habitual por culpa de los
siguientes factores:
�
El departamento comercial
concede plazos de pago excesivamente largos a los
clientes como estrategia para vender m�s.
�
Para incrementar la facturaci�n o la penetraci�n en
el mercado se est�
vendiendo a cr�dito nuevos clientes que son malos pagadores o
morosos recalcitrantes.
�
Los vendedores tienen que alcanzar objetivos ambiciosos
de venta y por miedo a perder pedidos o a enemistarse con los
clientes no ejercen suficiente fuerza sobre los compradores
para que paguen las facturas al vencimiento.
�
La pol�tica de cr�ditos y cobros permite excesiva
generosidad en las concesiones de cr�ditos y adem�s es
demasiado tolerante ante las malas pr�cticas de pago de los
clientes
�
La gesti�n de cobranzas
y el seguimiento de los cobros a clientes no son
efectivos por miedo a molestar a los clientes y esto provoca
un alargamiento en el per�odo medio de cobro
�
Los clientes acaban imponiendo sus condiciones de pago
y los plazos de pago se van alargando cada vez m�s.
�
El sector pasa por una crisis y se produce un
incremento de la morosidad de los clientes ya que no se han
tomado a tiempo medidas de control del riesgo crediticio.
Los conflictos entre el departamento comercial y finanzas
En
las empresas en que el departamento comercial ejerce el
liderazgo interno, se da prioridad absoluta a la
comercializaci�n de los bienes o servicios y no se eval�a
adecuadamente �o simplemente no se eval�a en absoluto� el
riesgo que suponen las operaciones comerciales con pagos
aplazados. Asimismo en muchas empresas existe una pugna
continua entre el departamento comercial que s�lo tiene como
objetivo aumentar la cifra de ventas, y el financiero que
pretende minimizar los costes de financiaci�n y evitar los
impagados y fallidos. Este enfrentamiento permanente provoca
un mal clima interno y tensiones dentro de la propia
organizaci�n, en detrimento de la eficacia de la empresa.
La
idea que tienen las empresas que dan prioridad al aspecto
comercial sobre todo lo dem�s es que facturar equivale a
cobrar. Este concepto excesivamente primario no tiene en
cuenta la posibilidad de que una vez enviado el pedido al
comprador y emitida la factura, �sta no sea pagada por el
cliente. Tambi�n puede pasar que el cliente quiera pagar
menos importe que el pactado en las condiciones de venta, o
que pague la factura cuando mejor le convenga sin respetar los
vencimientos de pago acordados en su d�a con el proveedor.
La concesi�n de cr�ditos en manos del departamento comercial
Aunque
es una pr�ctica muy extendida, no es bueno dejar la concesi�n
del cr�dito a clientes en manos del departamento comercial, o
por lo menos no hay que permitir que tomen unilateralmente las
decisiones concernientes a la asignaci�n de los cr�ditos
comerciales.
El
departamento comercial no puede ser juez y parte interesada en
la concesi�n de los cr�ditos a clientes, por lo que es muy
recomendable que exista un departamento de cr�ditos que pueda
actuar de forma objetiva y ejerza un control eficaz en el
otorgamiento y control de los cr�ditos.
La creaci�n del departamento de credit management
Las
empresas deben tomar conciencia de la importancia de la
concesi�n del cr�dito a clientes y materializar esta
concienciaci�n en la creaci�n de un departamento de cr�ditos.
La delegaci�n de la responsabilidad �as� como de la
autoridad� para la asignaci�n de cr�ditos a un
departamento especializado ha de quedar perfectamente
establecida dentro de la estructura organizativa de cada
empresa. En algunas empresas los departamentos de cr�dito y
su director s�lo ejercen ciertas funciones, por lo que su
efectividad es limitada. Para que el departamento de cr�ditos
sea verdaderamente eficaz es preciso que se delegue la
responsabilidad pero tambi�n la autoridad en materia de cr�ditos
comerciales. El departamento de credit management desarrollar�
una serie de funciones con car�cter exclusivo, como son el
aceptar nuevos clientes a cr�dito, conceder las l�neas de cr�dito
y controlar el riesgo hasta sus �ltimas consecuencias.
Las consecuencias de la inexistencia de un
departamento de credit management
Desdichadamente
son relativamente pocas las empresas que cuentan en la
actualidad con departamentos de credit management que por lo
menos dispongan de un credit manager. Los dem�s departamentos
que tienen relaci�n con el cliente, no suelen contar con
personal preparado para gestionar el riesgo del cr�dito
comercial y tampoco su personal suele tener mucho inter�s en
las cuestiones relacionadas la gesti�n del riesgo�cliente.
En
el caso de que una empresa no disponga de un departamento de
credit management, las cuestiones relacionadas con la gesti�n
del riesgo comercial son un tema que queda en �tierra de
nadie� y su tratamiento es generalmente considerado como una
cuesti�n de poco relevancia que nadie quiere asumir. En
muchos casos los distintos departamentos intentan pasarse la
pelota los unos a los otros y nadie quiere hacerse cargo del
problema. En la mayor�a de las organizaciones ni tan siquiera
suele existir un equipo especializado �o si existe no est�
suficientemente capacitado� en la recuperaci�n de los
impagados, puesto que no se ha planificado que departamento
debe responsabilizarse del recobro de los d�bitos
comerciales.
Este
hecho conduce a que cuando se producen
retrasos en el pago por parte de un cliente, el
departamento administrativo-financiero acostumbra a
responsabilizar al �rea comercial de la gesti�n de cobro
�bas�ndose en el principio de que el cobro forma parte del
acto de la venta� y procura obligar al departamento
comercial a solventar los problemas de cobro con los clientes.
No
obstante para el departamento comercial �y especialmente
para el vendedor� el impagado significa el fracaso de una
operaci�n comercial, puesto que el cobro forma parte de todo
acto comercial. Un buen vendedor
sabe perfectamente que existe una norma fundamental en
las ventas: �una venta s�lo termina con el cobro de la
operaci�n comercial�
Por
este motivo el departamento comercial no demuestra ning�n
entusiasmo por enfrentarse a los problemas de cobro y procura
no involucrarse excesivamente en la gesti�n post-venta del cr�dito
a clientes.
La
aparici�n de problemas de cobranza no es un hecho agradable
para ning�n vendedor, puesto que es los impagados son la
evidencia de que no
ha hecho correctamente su trabajo al no haber llegado a buen
fin la acci�n comercial.
Tampoco
resulta una tarea grata para el departamento comercial ni para
los vendedores tener que ir a cobrar a los clientes morosos,
puesto que en muchos casos el pecado original reside en una
mala acci�n comercial, como puede ser
haber forzado la venta o haber colocado m�s cantidad
del producto que la que realmente le conven�a al cliente.
Asimismo los vendedores suelen tener una relaci�n de
confianza �por no decir de amistad� con los clientes, y en
estas circunstancias es m�s dif�cil presionarlos para
conseguir el cobro de las deudas.
Cuando
los asuntos de impagados est�n peloteando todo el tiempo de
un departamento a otro sin que nadie coja el toro por los
cuernos, los grandes beneficiados sin duda alguna son los
malos pagadores, puesto que nadie les reclama las deudas
pendientes.
Esta
situaci�n hace que en muchas empresas nadie est� gestionando
correctamente los riesgos de clientes ni llevando a cabo
acciones de cobro de los saldos vencidos de los deudores; es m�s
incluso hay empresas que prefieren abandonar las gestiones de
cobro y permiten que el deudor se libre de pagar sus d�bitos.
C�mo responsabilizar al equipo de ventas del cobro de las
operaciones
La
mayor�a de los comerciales percibe una parte importante de
sus retribuciones en forma de comisiones sobre las ventas que
han realizado durante un determinado per�odo. Cuando los
objetivos de ventas son netamente cuantitativos, muchos
vendedores fuerzan las ventas, puesto que a mayor volumen de
ventas conseguido, mayores comisiones perciben. Este hecho
conlleva que los vendedores ofrezcan aplazamientos de pago a
clientes que bajo otras circunstancias deber�an pagar al
contado, pero la presi�n por alcanzar los objetivos les lleva
a este tipo de actuaciones. Las ventas hechas a este tipo de
clientes hacen aumentar el n�mero de impagados y de cr�ditos
incobrables. Otra corruptela de algunos vendedores es colocar
en un momento dado, m�s cantidad de producto a los clientes
que el que realmente necesitan, a�n a sabiendas que no lo van
a poder consumir. Los clientes que no han podido absorber las
mercanc�as en su ciclo de producci�n o no han podido
revenderlas a sus propios clientes, tendr�n dificultades para
pagar las facturas. Tampoco se sentir�n psicol�gicamente
demasiado obligados a abonarlas ya que si tienen la sensaci�n
de haber sido presionados en la compra, no admitir�n ser
apremiados en el pago. Otra posibilidad es que al cabo de
algunos meses, estos clientes quieran devolver los productos
sobrantes y conseguir los abonos correspondientes, por lo que
las ventas no se van a poder cobrar nunca.
Aparte
de que nunca es recomendable fijar objetivos de venta por
encima de ciertos l�mites
�est� demostrado que las ventas bajo presi�n
producen �ndices de impagados muy elevados� una forma de
implicar a la fuerza de ventas en el cobro de todas las
operaciones comerciales es cambiando la base de c�lculo de
sus comisiones. En lugar de utilizar el importe total de
ventas realizadas �como suele hacerse en la mayor�a de las
empresas� hay que tomar la cifra de ventas cobradas.
Un principio fundamental de la pol�tica comercial para evitar
los impagados:
no hay que forzar nunca las ventas
Muchas
empresas se quejan que tienen muchos impagados pero no
detectan cual es una de las causas m�s frecuentes de la
morosidad: la pol�tica comercial de la propia empresa.
Una
m�xima en las ventas a cr�dito es: "a mayor presi�n
por vender, m�s impagados". Las empresas que por
condicionantes internos est�n obligadas a efectuar un gran
esfuerzo comercial sufrir�n m�s impagados que aquellas que
pueden ejercer una pol�tica de ventas m�s selectiva.
En
muchas ocasiones el pecado original de la morosidad es que el
departamento comercial est� forzando las ventas para alcanzar
unos niveles de facturaci�n �y de cuota de mercado�
excesivamente elevados, por
lo que se est� vendiendo a cr�dito de forma poco selectiva a
clientes con escasa solvencia. Tambi�n puede ser que el
equipo comercial tenga que llegar a unos objetivos de ventas
excesivamente altos en un determinado per�odo �para poder
cobrar unas comisiones o unos incentivos� y como
consecuencia de todo ello los comerciales est�n vendiendo a
cr�dito a clientes dudosos que en otras condiciones ni
siquiera visitar�an.
Estas
causas tienen f�cil soluci�n, puesto que �sta s�lo depende
de un cambio en la pol�tica comercial de la empresa y en la
fijaci�n de objetivos de ventas.
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