¿Alguna vez compró algo y después se dio cuenta que realmente no
necesitaba ese artículo? Y haciendo una reflexión de su acto de comprar
descubrió, que el vendedor o la vendedora le persuadió de una forma
increíble… No pudo decir no…
Pocas personas saben que la hipnosis es un tipo de comunicación como
cualquier otra, con la diferencia que puede ser más efectiva si se sabe utilizar
el lenguaje hipnótico. Porque nos permite jugar de forma sutil con las
resistencias y las emociones.
Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, estamos
bombardeados de mensajes sugestivos, desde la simple lucha de poder con
nuestra pareja o hijos, las noticias de la radio publicidad, la charla en el café
con los colegas. Todo es comunicación, la publicidad es comunicación, la
hipnosis es comunicación.
La hipnosis es igual a sugestión
Una de las definiciones sobre hipnosis más que hizo el Dr. Hipolyte Bernheim
(1833-1919), fue “La hipnosis es una sugestión exagerada” después Emile Cuè
la definió como “Autohipnosis”.
En verdad, las dos definiciones son válidas, ya que un experto en hipnosis con
sus técnicas del leguaje hipnótico crea una sugestión exagerada, que
desencadena un proceso autosugestivo o autohipnótico.
Usted me dirá que no es posible por que la persona en hipnosis está dormida o
casi dormida. Y le tengo que aclarar que la hipnosis no es sueño, y que usted
puede estar hipnotizado perfectamente con los ojos abiertos. Siguiendo todos
los argumentos que le ofrece un experto vendedor formado en técnicas de
hipnosis y persuasión subliminal.
Y ahora es cuando se preguntará -¿Cómo es posible?
Desde hace más de 70 años cuando se experimentó seriamente con la
hipnosis y las técnicas subliminales en la publicidad, cada día se ha avanzado
más. Como experto en el tema puedo asegurar que las investigaciones tanto
en EE. UU. y Europa que realizan empresas de marketing y publicidad
utilizando como base la psicología social y de masas, saben mucho más sobre
usted, que usted mismo.
Conocen cada movimiento que usted hará, si el mensaje publicitario dice tal o
cual cosa. Siempre hablando de media estadística.
Saben por ejemplo que si usted se va de viaje a un país extranjero, más
del setenta por cien de sus comidas serán, en restaurantes de comidas
rápidas, hamburguesas, pasta o pizza.
Excepto si tiene pensión completa comerá en el hotel, o de lo contrario en un
restaurante de menú, un día de cada siete días. ¿Sabe por qué? Porque todos
queremos sentirnos seguros, confortables, la seguridad es uno de los
valores más preciados por el ser humano.
Y ocurre que en un país extranjero usted no se siente seguro totalmente
y menos cuando se trata de dinero o restaurantes.
El miedo es otra faceta que le hace tomar decisiones, y así por miedo y
seguridad prefiere comida rápida con los precios a la vista y productos que
conoce.
Eso no es casualidad las campañas publicitarias le motivan con el miedo
y le ofrecen seguridad cuando ponen en la televisión o en un periódico. No
pierda la oportunidad de probar nuestro “Menú hamburguesa XX por sólo 6 $”
La misma publicidad se ve en EE.UU, Europa y Asia, así a donde va le
acompaña la seguridad y usted pierde el miedo.
Cuando en una negociación o en una venta sabemos modificar las
emociones de nuestro interlocutor, tenemos más oportunidades de
persuadirle de seducirle, de sugestionarle. Claro usted me dirá que es una
forma de manipular. Y es cierto, pero así es el mundo que nos rodea, no
tenemos alternativa.
¿Cómo compró su último teléfono móvil?
A coste 0 $ pero con portabilidad de diez y ocho meses. Le ponen la
zanahoria y usted la sigue. Si hace números le es más rentable comprarse un
celular libre.
Si queremos vender un teléfono con contrato, sobre todo destacaremos todos
los beneficios que usted tendrá y en especial el coste 0 del terminal. Nunca le
decimos al cliente que a los diez y ocho meses pagó tres o cuatro veces el
valor del aparato.
Si utilizamos técnicas de hipnosis o subliminales, tenemos que vender o
negociar contando historias breves o con metáforas, nuestro cerebro interpreta
mejor una metáfora o una historia que una palabra.
Las palabras no significan nada. Son simples conjuntos de símbolos que
nuestro cerebro no entiende, para que nuestra mente las comprenda debemos
representarlas con una imagen que evoque una emoción o un sentimiento.
Ejemplo:
La palabra madre. Cierre los ojos y piense en la palabra madre por unos
instantes. Seguramente vino a su mente una imagen asociada a un
sentimiento.
La palabra orgasmo. Cierre los ojos y piense en la palabra orgasmo. La
respuesta será similar a la anterior.
Pero si decimos “mi madre” ya estamos asociando la imagen y el
sentimiento de posesión.
Si el vendedor está intentando vender a un cliente un coche y después de
darle todos los argumentos técnicos que por lo general nadie los entiende.
(Suspensión Mutilink Mc Person, ESP, ABS, Airbag, Sensor safety rain, etc.)
En un determinado momento el vendedor mirando al cliente a los ojos de
forma amable, amigable, le toca en un brazo y le dice: Imagine por un
momento, que este es su coche y va por la autopista a 150 km por hora, un
animal se cruza en su camino y no le da tiempo a esquivarlo… el ABS, ESP y
el airbag le salvarían la vida.
¿No cree que sería una buena inversión un coche con estos sistemas de
seguridad?
Sólo un tonto respondería que no…
De esta forma podemos utilizar lenguaje hipnótico sugestivo en todas nuestras
comunicaciones.
En los seminarios enseñamos la forma de detectar estrategias, jugar con
las emociones, dar sugestiones al cliente, que le ayudarán a decidir la
compra o tomar una decisión. Y a usted a cobrar la comisión.
No quiero que piense que se está perdiendo algo o ¿tal vez sí? Ya que usted
también en algún momento es comprador de productos.
Simplemente, debe saber que está expuesto a técnicas muy potentes de
sugestión e hipnosis que buscan generar ansiedad y deseo de posesión,
además de miedo a perder la oportunidad, solo usted puede decidir cuándo
empezar a descubrir un mundo nuevo lleno de leyes desconocidas que
persuaden y manipulan por doquier.
Sabemos que el ser humano es el animal más insatisfecho, cuando quiere
con ansias conseguir un objeto material o intangible como el poder, no para
hasta conseguirlo, pero en cuanto lo consigue deja de interesarle y quiere más.
Es insaciable.
¿No cree que podría ser beneficioso para usted, aprender protegerse y a
explotar esa debilidad humana?.