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Los diez Compromisos del  �xito
de "El vendedor  m�s grande del mundo segunda parte"

 

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PRIMER COMPROMISO DEL �XITO

Nac� para alcanzar el �xito no para fracasar.

Nac� para triunfar, no para inclinar mi cabeza en se�al de derrota.

Nac� para saborear las victorias y brindar por ellas, no para gemir y lamentarme.

�Qu� es lo que me ha sucedido? �En qu� momento todos mis sue�os se desvanecieron 
en una gris�cea mediocridad, en la cual las personas promedio se aplauden unas
a otras como si fuesen seres sobresalientes?

Ninguna persona ha sido jam�s tan enga�ada por otra, como por s� misma. El
cobarde est� convencido de que solo est� actuando con cautela, y el avaro
piensa que esta practicando la frugalidad. No hay nada que resulte tan
sencillo como enga�arse uno mismo. puesto que siempre es f�cil creer lo que
queremos. Nadie, en toda mi vida, me ha enga�ado tanto como yo me he
enga�ado a mi mismo.

�Por qu� siempre trato de ocultar mis peque�os logros bajo un manto de
palabras que toman a la ligera mi trabajo, o que ofrecen disculpas por mi
falta de capacidad? Y lo peor de todos es que he llegado a creer en mis
propias excusas, a tal grado que gustosamente estoy dispuesto a vender mis
d�as a cambio de unos centavos, mientras me consuelo pensando que las cosas
podr�an ser peores.

�Pero ya no lo har� m�s!

Ha llegado el momento de estudiar el reflejo en mi espejo, hasta que sea
capaz de reconocer que el enemigo m�s poderoso que tengo... soy yo mismo.
Al fin, en este momento pleno de magia con mi primer pergamino, el velo que
me hac�a enga�arme a m� mismo empieza a apartarse de mis ojos.

Ahora se que en el mundo hay y tres clases de personas. Las primeras
aprenden de su propia experiencia... son las sabias. Las segundas aprenden
de la experiencia de los dem�s... son las felices. Las terceras no aprenden
de sus propia experiencia ni de la experiencia de los dem�s... son las necias.

Yo no soy necio. De aqu� en adelante me sostendr� sobre mis propios pies,
arrojando para siempre a un lado mis terribles muletas de autocompasi�n y
desprecio hacia mi mismo.

Nunca jam�s volver� a compadecerme de m� mismo ni a menospreciarme.

Que tonto era cuando estaba de pie, desesperado, a un lado del camino,
envidiando a la gente de �xito y a los opulentos que desafilaban frente a
m�. �Acaso todas esas personas se han visto bendecidas con habilidades
�nicas, rara inteligencia, valor heroico, ambici�n constante y otras
cualidades sobresalientes que yo no poseo? �Se les ha asignado un mayor
n�mero de horas cada d�a, durante las cuales puedan desempe�ar sus
extraordinarias tareas?

�Poseen tal vez corazones llenos de compasi�n y almas desbordantes de amor,
diferentes del m�o? �No! Dios nunca juega a los favoritos. Todos fuimos
modelados del mimo barro.

Ahora tambi�n se que la tristeza y los reveses que he sufrido en mi vida no
los he sufrido �nicamente yo. Incluso los m�s sabios y los triunfadores de
nuestro mundo padecen etapas de abrumadora angustia y de fracaso, pero
ellos, a diferencia m�a, han aprendido que no hay paz sin problemas,
descanso sin esfuerzo, risas sin pesadumbres, ni victorias sin luchas y que
es el precio que todos debemos pagar por vivir. Hubo una �poca en la cual
yo pagu� ese precio f�cilmente y de buen grado, pero las constantes
decepciones y derrotas primero desgastaron mi confianza y despu�s mi valor,
en la misma forma en que las gotas de agua, con el tiempo, destruyen el
granito m�s resistente. Ahora todo eso ha quedado tras de m�.

Ya no soy uno de esos muertos en vida, permaneciendo siempre bajo la sombra
de los dem�s y ocult�ndome detr�s de mis lamentables excusas y disculpas,
mientras los a�os se consumen.

Nunca jam�s volver� a compadecerme de m� mismo ni a menospreciarme.

Ahora s� que la paciencia y el tiempo pueden lograr todav�a m�s que la fuerza y 
la pasi�n.

Los a�os de frustraci�n ya est�n listos para cosecharse. Todo lo que he
podido lograr, y todo lo que espero lograr, lo he podido hacer y lo seguir�
haciendo, mediante ese proceso asiduo, paciente y perseverante gracias al
cual se construye un hormiguero, part�cula por part�cula, pensamiento por
pensamiento, paso a paso.

El �xito, cuando llega, de la noche a la ma�ana, a menudo desaparece la
rayar el alba. Ahora estoy preparado para vivir toda una vida de felicidad,
porque al fin he reconocido un poderoso secreto que permaneci� oculto
durante esos a�os que me trataron con tanta dureza. En cierto sentido, el
fracaso es el camino que conduce al �xito, en la misma forma en que todo
descubrimiento que hacemos de lo que es falso nos lleva a buscar con af�n
lo que es verdadero, y en que cada nueva experiencia nos se�ala alguna
forma de error que en lo sucesivo evitaremos con sumo cuidado. El sendero
que recorr�, a menudo humedecido con mis l�grimas, no ha sido una jornada
desperdiciada.

Nunca jam�s volver� a compadecerme de m� mismo ni a menospreciarme.

Te doy gracias, Dios m�o, por jugar tu juego conmigo el d�a de hoy y por
depositar en mis manos estos valiosos pergaminos. Me encontraba en el
momento del reflujo de mi vida, pero deb� saber que en ese momento mismo es
cuando siempre cambia la marea.

Ya no contemplar� con tristeza el pasado. Jam�s volver�. En vez de ello,
con ayuda de estos pergaminos, moldear� el presente porque me pertenece, y
seguir�, sin temor, sin dudas, y sin desesperaci�n.

Fui creado a imagen de Dios. No hay nada que no pueda lograr si lo intento.

Nunca jam�s volver� a compadecerme de m� mismo ni a menospreciarme.


SEGUNDO COMPROMISO DEL �XITO

Ya soy una persona diferente y mejor.

Apenas han transcurrido unos cuantos d�as desde que inici� una nueva
existencia con la ayuda de estos pergaminos, pero ahora experimento una
extra�a y poderosa emoci�n en lo m�s profundo de mi coraz�n, un sentimiento
de una nueva esperanza que casi hab�a desaparecido con el paso de los a�os.

Al fin he sido rescatado de mi lecho de desesperaci�n y doy las gracias por
ello. Con las palabras de la primera promesa del �xito a�n frescas en mis
labios, ya he multiplicado mi propia val�a ante mis ojos y tengo la
seguridad de que este nuevo eval�o de mi persona, con el tiempo ser�
adoptado por el mundo exterior. Ahora conozco una gran verdad. La �nica
etiqueta de precio v�lida es la que nos asignamos nosotros mismos. Si nos
ponemos un precio demasiado bajo, el mundo lo aceptar�; pero si nos
asignamos el mejor precio, el mundo tambi�n aceptar� de buen grado ese aval�o.

Te doy gracias, Dios m�o, por depositar en mis manos estos valiosos
pergaminos. Me encuentro en un momento crucial de mi vida y no debo 
alejarme, ni lo har�, de este desaf�o como me he alejado de otros en el pasado. 
Ahora s� que en la peregrinaci�n de todos, a lo largo de esta vida, siempre 
hay lugares sagrados en donde podemos sentirnos afines con lo divino; en donde 
los cielos parecen descender sobre nuestras cabezas y los �ngeles llegan a
auxiliarnos. Son los lugares de sacrificio, las �reas en donde se unen lo
mortal y lo inmortal, las tierras del juicio en donde se libran las grandes
batallas de nuestra propia vida. Mis derrotas del pasado ya est�n casi
olvidadas, incluso el dolor y la abrumadora angustia. Y ser� muy feliz en
los a�os por venir, si logro mirar hacia atr�s recordando este momento tan
especial, a sabiendas de que aqu� pude saborear al fin la victoria.

Pero antes que nada debo aprender la segunda promesa de �xito, 
y ponerla en pr�ctica:

Nunca jam�s volver� a saludar al amanecer sin una meta.

En el pasado, el hecho de tener metas, ya fuesen grandes o peque�as, me
parec�a que no era otra cosa que una tonta pr�ctica, puesto que ten�a tan
poca fe en mis capacidades. �Para qu� tener metas peque�as e
insignificantes, me dec�a a mi mismo, simplemente para satisfacer mis
humildes talentos? �Qu� diferencia pod�a significar todo eso en el esquema
de las cosas?

Y as�, cada d�a sal�a sin rumbo por el mundo, sin tim�n y sin destino fijo,
con la esperanza de sobrevivir hasta la hora de la puesta del sol,
asegur�ndome, falsamente, a m� mismo que s�lo esperaba el momento adecuado,
o que cambiara mi suerte, sin creer, no obstante, ni por un momento, que
algo en mi futuro ser�a diferente de lo que hab�a sido en mi pasado.

Es f�cil ir a la deriva de un d�a a otro. No se requiere ninguna habilidad,
ning�n esfuerzo y ning�n dolor. Por otra parte, nunca es f�cil fijarse
metas para un d�a o para una semana, y alcanzar esos objetivos. Ma�ana
comenzar� me dec�a d�a tras otro. En aquel entonces no sab�a que el ma�ana
s�lo se encuentra en el calendario de los tontos. Ciego ante mis propias
faltas, desperdiciaba mi vida deliberando todo hasta que ya fuese demasiado
tarde, de no ser por estos pergaminos. Hay una inconmensurable distancia
entre tarde y demasiado tarde.

Nunca jam�s volver� a saludar el amanecer sin una meta.

He estado viviendo en el callej�n de los tontos. Tener siempre la intenci�n
de llevar una mejor vida nueva, pero sin jam�s encontrar el tiempo para
dedicarse a ello, es como si pospusiera la comida, la bebida y el sue�o de
un d�a para el siguiente, hasta morir. Durante muchos a�os estuve
convencido, lo mismo que tantos otros, de que las �nicas metas que val�an
la pena eran las principescas metas con abundantes recompensas en oro, fama
y poder. �Qu� equivocado estaba! Ahora s� que el hombre sabio nunca se fija
metas de inmensas proporciones. Ahora todos los planes de gigantesca
magnitud los califica de sue�os, abrig�ndolos muy cerca de su coraz�n en
donde los dem�s no puedan verlos y mofarse de ellos. Despu�s saluda cada
amanecer fij�ndose metas s�lo para ese d�a, asegur�ndose de que todo lo que
plane� haya quedado terminado antes de irse a dormir.

Muy pronto, los logros de cada d�a se van reuniendo, uno encima del otro,
en la misma forma en que la hormiga amontona sus granos de arena y con el
tiempo se ha erigido un castillo lo bastante grande para albergar cualquier
sue�o. En verdad, todo esto no sea dif�cil de lograr un vez que haya
frenado mi impaciencia, enfrent�ndome a la vida un d�a a la vez.

Puedo hacerlo. Lo har�.

Nunca jam�s volver� a saludar al amanecer sin una meta.

Se ha ganado la mitad de la victoria del �xito una vez que se ha adquirido
el h�bito de fijarse metas y alcanzarlas. Incluso la labor m�s tediosa se
hace soportable si yo marcho a lo largo de cada d�a convencido de que cada
tarea, no importa lo humilde o tediosa que sea, me acerca varios paso a la
realizaci�n de mis sue�os. Qu� forma tan agradable de seguir adelante con
mi vida, ya que si la ma�ana no me ofreciera ninguna nueva alegr�a, a
medida que cumplo con las metas que me he fijado para ese d�a, o si la
noche no me brindara nuevos placeres por cumplir con mis metas, ni siquiera
valdr�a la pena vestirme y desvestirme.

La vida, ahora estoy convencido de ello, puede ser tan gozosa como un juego
de ni�os cuando despertamos con la esperanza de que nos aguarda una senda
marcada con toda claridad.

Ahora ya s� en qu� punto me encuentro.
Y tambi�n s� hacia d�nde quiero que me conduzcan mis metas.

Para ir de aqu� hacia all�, no necesito conocer todos los giros y recodos
de mi viaje en este preciso momento. Lo m�s importante es que he adoptado
las ense�anzas del primer pergamino y del segundo, y que ahora ya no mirar�
hacia atr�s en direcci�n a ese desconsolador pasado, cuando los d�as no
ten�an ni principio ni fin y yo me encontraba perdido en medio de un
desierto de frivolidad, sin esperar nada en el futuro, como no fuesen la
muerte y el fracaso.

�Ma�ana me fijar� metas! �Al d�a siguiente! �Y tambi�n al siguiente!

Nunca jam�s volver� a saludar al amanecer sin una meta!

Alguna vez malbarat� mi vida, cambi�ndola por un centavo y la vida no quiso
pagarme m�s, pero ahora ya han terminado los d�as en que trabajaba por el
salario de un esclavo. Ahora s� que cualquier salario que le hubiese
exigido al a vida, la vida me lo habr�a pagado de muy buen grado.

Los rayos del sol no brillan por encima de mi cabeza para que yo pueda
reflexionar con tristeza en el ayer. El pasado ha quedado sepultado y yo
estuve a punto de permitir que me sepultaran junto con �l. Ya no derramar�
m�s l�grimas. Que los rayos de sol puedan brillar sobre las promesas del
ma�ana... y sobre mi cabeza.

Nunca jam�s volver� a saludar al amanecer sin una meta!

TERCER COMPROMISO DEL �XITO

Estoy despierto.

Me siento invadido por una gozosa anticipaci�n.

Ahora experimento extra�os murmullos en mi coraz�n al recibir cada nuevo
d�a con alegr�a y confianza, en vez de hacerlo con autocompasi�n y temor.

Aquel que padece, recuerda. Jam�s repetir� los fracasos y los vanos errores
del pasado, ahora que cuento con estos pergaminos para servirme de gu�a.

Cada d�a, me aventurar� a salir al mundo acompa�ado por tres nuevos aliados
muy poderosos: la confianza, el orgullo y el entusiasmo. Tengo confianza en
que lograr� enfrentarme a cualquier desaf�o, el orgullo me exige que me desempe�e 
al m�ximo de mis capacidades y lograr� todo esto porque he redescubierto ese
poder tan especial que faltaba en mi vida desde mi infancia, el poder del entusiasmo.

Cada acto memorable en la historia del mundo es un fruto del entusiasmo.
Jam�s se ha logrado nada grandioso sin �l, porque le brinda un nuevo significado 
a cualquier desaf�o o a cualquier ocupaci�n, no importa lo atemorizantes o lo
dif�ciles que sean. Sin entusiasmo, estoy condenado a una vida de
mediocridad, pero con �l podr� obrar milagros.

Hay un nuevo significado en mi existencia. El fracaso ya no es mi constante
compa�ero. La nada, el aislamiento, la impotencia, la tristeza, las
vejaciones y la desesperaci�n del pasado se han desvanecido desde aquel
d�a, no hace mucho tiempo, en que record� como sonre�r.

Ya otros han empezado a reflejar mis sonrisas y mi solicitud, Comparto con
alegr�a la luz del amor y la felicidad.

Siempre ba�ar� mis d�as en el dorado resplandor del entusiasmo.

El entusiasmo es la mayor ventaja del mundo. Su valor potencial supera con
mucho al del dinero, el poder y la influencia. Sin ayuda de nadie, el
entusiasta convence y domina en donde las riquezas acumuladas por el
peque�o ej�rcito de trabajadores apenas provocar�an un estremecimiento de
inter�s. El entusiasmo pasa por encima del prejuicio y la oposici�n,
desde�a la inactividad, toma por asalto la ciudadela de su objetivo y lo
mismo que una avalancha, aplasta y absorbe todos los obst�culos que
encuentra en su camino. He aprendido una gran lecci�n... �el entusiasmo es
mi fe en acci�n! Si tengo fe no puedo fallar.

Siempre ba�ar� mis d�as en el dorado resplandor del entusiasmo.

Algunos de nosotros nos mostramos entusiastas en ocasiones y unos cuantos
incluso conservan sus anhelos durante un d�a o una semana. Todo eso es muy 
bueno, pero yo debo desarrollar el h�bito, y lo har�, de conservar mi entusiasmo
indefinidamente, con toda honestidad y sinceridad, de manera que el �xito
que disfruto el d�a de hoy, pueda repetirse el d�a de ma�ana y la pr�xima
semana y el pr�ximo mes. El entusiasmo, el amor por cualquier cosa que est�
haciendo en un momento determinado, obra en formas maravillosas que ni
siquiera necesito comprender, pero lo que s� s� es que les brindar� una
vitalidad adicional a mis m�sculos y a mi mente. Primero debemos
desarrollar nuestros h�bitos y despu�s, buenos o malos, estos nos formar�n
a nosotros. El entusiasmo ser� el carruaje que me conducir� hacia una vida
mejor. Ya he empezado a sonre�r, anticipando todas las cosas buenas que
vendr�n.

Siempre ba�ar� mis d�as en el dorado resplandor del entusiasmo.

El entusiasmo puede desplazar castillos y cautivar a las bestias. Es el
genio de la sinceridad, y la verdad muy rara vez resulta victoriosa sin �l.
Lo mismo que muchos m�s, he permitido que mi vida se gu�e de acuerdo con
las falsas ideas de las verdaderas recompensas, en la creencia de que la
comodidad y el lujo deben ser mis metas, cuando todo lo que en verdad
necesita cualquiera de nosotros para sentirnos realmente felices es algo
con qu� entusiasmarnos. El entusiasmo beneficiar� mi futuro m�s de lo que
las lluvias de primavera nutren al trigo.

De ahora en adelante, todos mis d�as sean diferentes de los d�as del
pasado. Jam�s volver� a considerar que cualquier cosa que deba hacer para
sostener mi existencia es trabajo, ya que entonces experimentar� la tensi�n
de la necesidad en mi trabajo y las horas de cada d�a durar�n lo que parece
un eternidad. Perm�tanme, m�s bien, olvidarme de que debo trabajar para
comer, abordando los afanes de cada d�a con toda mi energ�a, mi atenci�n y
con un esp�ritu animoso. Con estas cualidades, me desempe�ar� mejor que
nunca antes y si esta producci�n entusiasta se prolonga, d�a tras d�a,
estoy seguro de que llegar� a ser m�s valioso para m� mismo y para el mundo.

No hay ninguna persona, ninguna ocupaci�n o ning�n problema que no puedan
verse afectados por lo positivo de mi actitud.

Siempre ba�ar� mis d�as en el dorado resplandor del entusiasmo.

Bajo ese deslumbrante resplandor podr� ver, por vez primera, todas las
cosas buenas que permanecieron ocultas a mis ojos durante todos esos a�os
de inutilidad. As� como el joven amante posee una percepci�n m�s refinada y
en el objeto de su afecto puede ver cientos de virtudes y encantos
invisibles a los ojos de los dem�s, as� yo, impregnado de entusiasmo, habr�
incrementado mi poder de percepci�n y amplificado mi visi�n, hasta que
logre ver la belleza y el encanto que los dem�s no pueden discernir y que
pueden ser la compensaci�n por las pesadas cargas de trabajo mon�tono,
privaciones, penurias e incluso de la persecuci�n. Con entusiasmo puedo
sacarle el mejor partido a cualquier situaci�n, e incluso si llegase a
tropezar de vez en cuando, como les sucede hasta a los m�s talentosos, me
levantar� y seguir� adelante con mi vida.

Siempre ba�ar� mis d�as en el dorado resplandor del entusiasmo.

Qu� inmenso regocijo experimento, al saber que poseo este gran poder de
modificar mis d�as y toda mi vida con mi actitud. Qu� pena me dan todas
esas legiones que no saben que pueden emplear esta poderosa fuerza, una
fuerza que ya poseen en su interior, para guiar su futuro.

Le volver� la espalda al calendario y adoptar� el irresistible encanto de
la juventud, con su entusiasmo que burbujea como un manantial de aguas que
baja de la monta�a. La juventud, no ve la oscuridad m�s adelante, no ve
ninguna trampa de la cual no sea posible de escapar.

Se olvida de que en el mundo exist�a el fracaso y cree que la humanidad ha
estado esperando, durante todos estos siglos, a que �l o ella lleguen al mundo
para convertirse en los libertadores de la verdad, la energ�a y la belleza.

El d�a de hoy alzar� mi antorcha en lo alto y les sonreir� a todos.

Siempre ba�ar� mis d�as en el dorado resplandor del entusiasmo.


CUARTO COMPROMISO DEL �XITO

Soy el poseedor de un maravilloso poder.

Conozco el secreto de c�mo influir en los pensamientos y en las acciones de
los dem�s cuando se encuentran a mi lado.

Este conocimiento s�lo, si se emplea sabiamente, ha permitido que un
sinn�mero de individuos ambiciosos se remonten a las grandes alturas de 
la fama, la riqueza y el poder a todo lo largo de los tiempos.

Desafortunadamente, s�lo unos cuantos est�n conscientes de que poseen un
poder de esta naturaleza, mientras que la inmensa mayor�a ha pagado un
precio terrible, en angustias y desdicha, por su ignorancia. Ha perdido
amigos, se les han cerrado puertas, se han desvanecido sus oportunidades y
sus sue�os se han visto destruidos.

Hasta ahora he sido uno de los miembros de esa inmensa mayor�a, destruyendo
constantemente mis oportunidades para alcanzar el �xito y la felicidad,
porque neciamente abus� de un poder que ni siquiera sab�a que pose�a.

Gracias a este pergamino he abierto los ojos. El secreto es tan sencillo
que incluso todos los ni�os lo comprenden y lo usan instintivamente en su
propio beneficio. Podemos influir en los dem�s si los tratamos en la misma
forma en que nos gustar�a que nos trataran a nosotros.

Todos somos im�genes de los dem�s, con los mismos sentidos, los mismos
sentimientos, las mismas esperanzas, los mismos temores, los mismos errores
y la misma sangre. Si alguien tiene comez�n, su vecino se rasca; si alguien
sonr�e, su amigo le responde de la misma manera.

Qu� ignorante he sido. S� que el �xito no puede lograrse por s� solo. S�
que no existe tal cosa como un hombre o una mujer que se haya formado por
esfuerzo propio. Por consiguiente, me doy cuenta de que jam�s podr�
alcanzar mis metas sin la ayuda de los dem�s y, sin embargo, puedo ver,
cuando reflexiono en mi pasado, que mis acciones me han tenido prisionero
detr�s de las rejas del remordimiento.

�Por qu� querr�a alguien contribuir a mis �xitos?

Siempre que frunc�a el entrecejo, me encontraba a mi vez frente a un
entrecejo fruncido.
Siempre que gritaba encolerizado, me respond�an voces encolerizadas.
Siempre que me quejaba, me dirig�an miradas severas.
Siempre que maldec�a, el odio siempre me devolv�a la mirada.

Mis propias acciones me condenaban al mundo en donde nadie sonr�e jam�s, al
mundo de los fracasados. Neciamente he culpado a los dem�s de mi dif�cil situaci�n,
pero ahora veo la culpa era m�a.

Al fin he abierto los ojos.

Prometo cumplir durante el resto de mi vida esta promesa especial del �xito:
Nunca jam�s volver� a ser descort�s con ning�n ser viviente.

Les sonreir� a amigos y enemigos por igual y har� todos los esfuerzos
posibles por encontrar en cualquier persona, una cualidad que pueda alabar,
ahora que al fin he comprendido que el anhelo m�s profundo de la naturaleza
humana es el ansia de ser apreciada. En verdad, todos poseemos
caracter�sticas dignas de alabanza, y todo lo que necesito es asegurarme de
hacer esos cumplidos desde los m�s profundo de mi coraz�n y con un voz que
sea sincera.

Alabar, sonre�r y preocuparse por los dem�s es algo tan ben�fico para el
donador coma para el que recibe esos favores. Este gran poder que afecta
con tanta fuerza a los dem�s obrar� milagros en mi propia vida, a medida
que su gratitud regrese a m� en incontables formas.

Una sonrisa sigue siendo el regalo menos costoso de todos los que puedo
hacerle a cualquier persona y, su poder puede conquistar reinos. Y todos
aquellos a quienes trate con amabilidad, dirigi�ndoles palabras de
alabanza, muy pronto empezar�n a ver en m� la buenas cualidades que nunca
antes percibieron.

Nunca m�s volver� a ser descort�s con ning�n ser viviente.

Mis d�as de lamentaciones y quejas han tocado a su fin. No hay nada m�s
f�cil que encontrar fallas en los dem�s. No se requiere ning�n talento,
ning�n renunciamiento, ning�n car�cter para establecerse en el negocio de
las quejas. Ahora ya no dispongo de tiempo para dedicarme a esa lamentable
ocupaci�n, que todo lo que podr� lograr ser� manchar mi personalidad de
manera que ya nadie quiera asociarse conmigo. Esa era mi antigua vida. Ya
no volver� a serlo.

Estoy muy agradecido por esta segunda oportunidad.

He despreciado muchos a�os de oportunidades con mis enojos, mis malos
humores y mis miradas de ira, cuando una sonrisa y una palabra amable habr�an tendido la
mano para ayudarme. Apenas ahora estoy aprendiendo el m�ximo arte de la vida...
mejorar el momento dorado de la oportunidad y aprovechar todo lo bueno que
est� a nuestro alcance.

Nunca m�s volver� a ser descort�s con ning�n ser viviente.

En �ltima instancia, una sonrisa y un apret�n de manos son un simple acto
de amor. La vida ahora lo s�, no se compone de grandes sacrificios u
obligaciones, sino de todas esas peque�as cosas en las cuales las sonrisas,
las bondades y los peque�os deberes, que se brindan en cualquier momento y
dondequiera que sea posible hacerlo, son los que ganan y conservan
cualquier coraz�n. Los mejores fragmentos de la propia vida son los
peque�os actos de consideraci�n y solicitud. Las palabras bondadosas
producen su propia imagen en el alma de los hombres y vaya si es una imagen
muy bella. Tranquilizan, calman, y consuelan a quien las escucha,
haci�ndolo desistir de sus sentimientos amargos, displicentes y poco
amables. Todav�a no he empezado a emplear las palabras amables con tanta
abundancia como deber�a hacerlo, pero estoy seguro de que mejorar� si sigo
practicando. �Qui�n ser�a tan tonto para no intentarlo, cuando en el otro
lado de la balanza se encuentra la propia felicidad?

Nunca m�s volver� a ser descort�s con ning�n ser viviente.

Puedo darme cuenta de que en la interacci�n de la vida cotidiana, s�lo a
trav�s de los insignificantes actos de bondad que se repiten cada d�a e
incluso cada hora, por medio de palabras, tonos de voz, gestos y miradas,
es como se ganan y se conservan el afecto y la admiraci�n. Qu� f�cil le
resulta a un ser ben�volo esparcir el placer a su alrededor y qu� cierto es
que un coraz�n ben�volo es una fuente de alegr�a, haciendo que todos a su
alrededor dejen ver radiantes sonrisas. Cada noche, cuando me retiro, ruego
pidiendo que haya hecho por lo menos a un ser humano un poco m�s feliz o un
poco m�s sabio, o por lo menos un poco m�s satisfecho consigo mismo.

�C�mo puedo fallar, desde este momento en adelante, si mantengo la promesa
que he hecho en este pergamino, de tal manera que el aire que respire en el
futuro, pueda resplandecer de amor y de buenos deseos?

Nunca jam�s volver� a ser descort�s con ning�n ser viviente.


QUINTO COMPROMISO DEL �XITO

El sol siempre brilla.
Las uvas no siempre est�n maduras.
Los sepultureros no siempre est�n ociosos y no siempre reina la paz.

Ahora, lamentablemente, reconozco otra verdad. A pesar de que ya he
saboreado el embriagador vino del �xito, gracias a estos pergaminos, s� que 
no puedo esperar que durante el resto de mis d�as caminar� sobre las cimas 
de las monta�as. No importa lo mucho que los intente, lo mucho que persista 
y sobresalga en el trabajo que he elegido, aun as� habr� d�as y semanas y 
meses en que todo lo que intente d� por resultado frustraciones y fracasos. 
Todos nosotros, incluso los m�s poderosos y heroicos, pasamos muchos de 
nuestros d�as viviendo con el temor al fracaso. 
�Poseemos sacos de oro y piedras preciosas?
No son suficientes; otros tienen m�s. �Nos sentimos protegidos y a salvo?
�A salvo de qu�?

�De enfermedades? �Del desempleo? �De robos? �Tenemos muchos amigos y una
familia que nos amen? �Podremos confiar siempre en la amistad? �Perdurar� el amor
de los dem�s sobre nosotros?

El temor a la adversidad, que conduce al fracaso, proyecta una terrible
sombra sobre todos los d�as de nuestra vida. Su forma y sus colores son muy
variados, imaginarios y reales, confundidos y claros, temporales y
permanentes. La adversidad aterroriza al trabajador que lucha por conservar
su trabajo, al padre que reza por que pueda alimentar a su familia, al
comerciante que espera vender su mercanc�a, al soldado que gu�a a otros en
la batalla.
Tortura a todos por igual, a pr�ncipes y mendigos, a sabios y necios, a
santos y criminales.

Antes no sab�a c�mo enfrentarme a la realidad, y las heridas que recib�a de
mis derrotas eran lo bastante severas para nublar mis esperanzas y destruir
mi ambici�n. �Pero ahora ya no ser� as�! Esta es una nueva vida y ahora ya
conozco el secreto de sacar el mejor partido de mis derrotas siempre que
caigan sobre mi.

Siempre buscar� la semilla del triunfo en todas las adversidades.

No hay mejor escuela que la adversidad. Todas derrota, toda angustia, toda
p�rdida, contiene su propia semilla, su propia lecci�n sobre las forma de mejorar 
mi desempe�o la pr�xima vez. Jam�s volver� a contribuir a mi propia ca�da,
rehus�ndome a enfrentarme a la verdad y a aprender de mis pasados errores.
La experiencia es el m�s valioso extracto del sufrimiento y, no obstante,
una de las condiciones m�s terribles de esta vida es que no es posible
transferir su sabidur�a a los dem�s. Todos deben asistir a su propia
escuela, y las lecciones siempre son diferentes para cada persona. No hay
otra forma. Sin embargo, la adversidad siempre es el primer sendero que
conduce hacia la verdad, y yo estoy preparado para aprender cualquier cosa
que necesite saber con objeto de mejorar la condici�n de mi vida.

Siempre buscar� la semilla del triunfo en todas las adversidades.

Ahora estoy mejor preparado par enfrentarme a cualquier adversidad. Por vez
primera me doy cuenta de lo veloz que pasan y dejan de ser todos los hechos
y acontecimientos, buenos y malos, grandes y peque�os. Todas las cosas de
la vida no s�lo se encuentran en un constante estado de cambio, sino que,
adem�s, son la causa de un cambio constante e infinito unas en otras.

Cada d�a me encuentro parado en un angosto reborde. Detr�s de m� se
encuentra el insondable abismo del pasado. Frente a m� est� el futuro, 
que devorar� todo lo que me acontezca el d�a de hoy. No importa lo que 
el destino me depare, s� que lo saborear� o lo sufrir� s�lo durante un tiempo 
muy breve. Son tan pocos los que comprenden esta verdad tan obvia, 
mientras que el resto permite que sus esperanzas y sus metas se desvanezcan 
tan pronto como lo hiere la tragedia. 
Esas desafortunadas personas llevan consigo, hasta que mueren, 
su propio lecho de espinas y todos los d�a miran hacia los dem�s en
busca de simpat�a y atenci�n. La adversidad jam�s destruir� a la persona
que tiene valor y fe. A todos nos someten a una prueba en el horno del
desastre y no todos salimos de �l. Yo s� lograr� salir. El oro puede
permanecer un mes sobre ardientes carbones sin perder un solo gramo, y yo
soy m�s valioso que cualquier oro.

Siempre buscar� las semillas del triunfo en todas las adversidades.

Ahora puedo ver que la adversidad tiene muchos beneficios, muy poco
reconocidos. Es la �nica balanza en la cual puedo pesar a todos aquellos
que profesan ser mis amigos, y enterarme de la verdad. Tambi�n es el estado
en el cual puedo familiarizarme con mayor facilidad con mi yo interno y
posee la maravillosa capacidad de sacar a relucir los talentos que hay en
m�, los cuales en circunstancias pr�speras es probable que hubiesen
permanecido inactivos.

La adversidad nos acompa�a desde que nacemos hasta nuestra sepultura. 
La gema no puede pulirse sin tallarla y yo no puedo perfeccionarme sin
pruebas. Reconozco que me ha hecho bien sentirme tostado por el calor y
empapado por la lluvia de la vida y, no obstante, debo confesar que todas
las adversidades que he sufrido han ido seguidas de mis gritos de c�lera y
resentimiento contra el cielo. �Por qu� Dios ten�a que hacerme algo tan
terrible? �Por qu� Dios me priv� de una cosa y otra, cuando era tan
importante par m�?

Ahora s� que hay otras �pocas en la vida en que las oportunidades de ser y
de hacer, se re�nan con tanta abundancia alrededor de mi esp�ritu como
cuando tiene que sufrir una cruel adversidad. Entonces, todo depende de si
levanto la cabeza o la bajo pidiendo ayuda. Si recurro a simples recuerdos
y trucos, la oportunidad se habr� perdido para siempre y yo no resultar�
m�s rico ni m�s grande, m�s bien quiz� m�s duro, m�s pobre y m�s peque�o
por mi dolor. Pero si me vuelvo hacia Dios, y lo har� de aqu� en adelante,
cualquier momento de adversidad puede transformarse en un triunfante punto
crucial de mi vida.

Siempre buscar� la semilla del triunfo en todas las adversidades.

En el futuro, cuando me derribe cualquier terrible derrota, siempre me
preguntar� a mi mismo, una vez que haya pasado el primer dolor, c�mo puedo
convertir esa adversidad en algo bueno. �Qu� gran oportunidad podr�a
ofrecerme ese momento... tomar la ra�z amarga que estoy sosteniendo y
transformarla en un fragante jard�n de flores!

Siempre buscar� la semilla del triunfo en todas las adversidades.


SEXTO COMPROMISO DEL �XITO

Me he enga�ado a mi mismo durante demasiado tiempo.

He alabado con insinceridad a todos aquellos que me han empleado y he
escatimado cada hora de los que yo consideraba que era un trabajo pesado y
tedioso. Para m�, el trabajo era el lamentable precio que ten�a que pagar
par existir, porque en el momento de mi nacimiento los dioses no tuvieron a
bien depositar oro en mis manos y una corona sobre mi cabeza. Qu� necio he
sido.

Ahora s� que el fruto derivado de trabajo es el m�s dulce de todos los
placeres y que aun cuando el genio quiz� inicie grandes obras, s�lo el
trabajo las terminar�.

Al fin he abierto los ojos gracias a estos pergaminos.

Que sencillo ser�a mi trabajo si yo dedicara tanto esfuerzo a mejorar su
calidad como el que he dedicado encontrar excusas par no hacerlo en forma
adecuada.

Hay un grandioso secreto del �xito que empeque�ece a todas las dem�s
reglas. Con toda certeza ser� incluido en todas y cada una de las listas de
afirmaciones sobre la creaci�n de una vida mejor durante los siglos y los
milenios por venir, y no obstante, la mayor�a de la humanidad la rechazar�,
una y otra vez, como algo demasiado dif�cil. La riqueza, la posici�n, la
fama he incluso la esquiva felicidad ser�n m�as, a la larga, si cada d�a me
decido a prestar m�s y mejores servicios de los que me pagan. Hay otra
forma m�s poderosa de recordar esta ley tan dif�cil de la vida... cuando
nos piden que avancemos un kil�metro, debemos estar dispuestos a avanzar
dos. Dentro de muchos siglos, lo mismo que ahora, s�lo unos cuantos tendr�n
la determinaci�n necesaria para seguir este gran secreto de triunfadores y
ellos ser�n los que reciban los honores.

�Yo empiezo el d�a de hoy!

Nunca jam�s volver� a desempe�ar ninguna tarea si no es en la mejor forma
en que pueda hacerlo.

Ahora s� que a fin de crecer y florecer, debo atender estrictamente mis
asuntos y adelantarme un poco al tiempo. Aquellos que llegan a la cima 
son los que no se contentan con hacer s�lo lo que se les exige. Hacen algo m�s. 
Avanzan otro kil�metro, y otro m�s.

Jam�s cruza por su mente la medida de su recompensa. Sabe que a la larga le
recibir�.

S�lo hay un m�todo seguro para alcanzar las propias metas y es mediante el
trabajo arduo, tanto mental como f�sico Si no estoy dispuesto a pagar ese
precio para sobresalir, deber� estar preparado para resignarme a un futuro
de l�grimas y de pobreza, golpe�ndome el pecho y compadeci�ndome por lo
vano de una vida desprovista de sonrisas y de recompensas. Ya no siento
l�stima de mi mismo. Me he apartado de ese camino que o conduce a ninguna
parte.

Nunca jam�s volver� a desempe�ar ninguna tarea si no es en la mejor forma
en que pueda hacerlo.

No estoy encadenado a mi trabajo; no soy un esclavo. Incluso si detesto las
tareas que debo desempe�ar, comprendo que el trabajo fatigoso es tan
necesario para que salgan a relucir los tesoros de mi mente, a fin de
mejorar mi suerte, como tambi�n son necesarios el trabajo de la tierra y la
siembra para producir resultados para todos aquellos que cultivan la
tierra. Yo puedo desarrollarme m�s all� de cualquier tarea que me asignen
ahora, siempre y cuando nunca me olvide de que soy hijo de Dios y nac� para
triunfar.

Nunca jam�s volver� a desempe�ar ninguna tarea si no es en la mejor forma
en que pueda hacerlo.

Mi parte del trabajo de este d�a quiz� sea limitada, pero el hecho no se
mueve s�lo gracias a los poderosos m�sculos de nuestros h�roes, sino
tambi�n gracias al conjunto de los peque�os impulso de cada trabajador
honesto. El secreto del verdadero amor al trabajo es la esperanza de
triunfar en ese trabajo, no por la recompensa en dinero, no por el tiempo
dedicado a ello o por la habilidad ejercida, sino por el orgullo y la
satisfacci�n en el desempe�o del trabajo mismo.

Una recompensa suficiente por algo bien hecho es haberlo hecho.

Nunca jam�s volver� a desempe�ar ninguna tarea si no es en la mejor forma
en que pueda hacerlo.

De ahora en adelante, cuando haya terminado mi d�a de trabajo, sorprender�
al mundo.

Permanecer� all� un poco m�s y dejar� que ese esfuerzo adicional sea una
inversi�n para mi futuro. Con una actitud as�, tan rara en este ego�sta
mundo en que vivimos, no puedo fracasar.

Y no obstante, si trabajo de esa manera, si persisto en recorrer ese
kil�metro adicional, debo prepararme par las burlas que quienes nunca
contribuyen con un d�a de trabajo justo. Con objeto de lograr alguna cosa
grandiosa en esta breve vida, me doy cuenta de que debo dedicarme la
trabajo con tal concentraci�n de mi mente, de mis m�sculos y de mi tiempo
que, para todos aquellos que viven la escualidez del ocio, pueda parecerles
que he perdido la raz�n. Que as� sea.

Nunca jam�s volver� a desempe�ar ninguna tarea si no es en la mejor forma
en que pueda hacerlo.

Si me dan amor y trabajo, s�lo esas dos cosas, podr� vivir una vida contenta.

Yo no podr�a, por mucho tiempo, ser feliz sin alimento, bebida, comida,
ropa o abrigo, pero puedo tener todas esas cosas hasta la perfecci�n y aun
as� ser infeliz. �Qu� es lo mejor para un r�o? Seguir corriendo; si se
detiene, se estanca. Lo mejor par m� es aquello que mantiene mi flujo en
movimiento. Muy pocas personas se dan cuenta de lo mucho que su felicidad
depende de su trabajo, del hecho de que se mantienen ocupadas y no disponen
de tiempo para condolerse de s� mismas. Yo no soy nada sin mi trabajo. El
secreto primordial de la felicidad es tener algo que hacer.

Nunca jam�s volver� a desempe�ar ninguna tarea si no es en la mejor forma
en que pueda hacerlo.

Jam�s volver� a dejar de recorrer ese kil�metro adicional, o de rendir
menos de lo que merece mi paga.

De ahora en adelante, desempe�ar� mi trabajo con toda la intensidad que
pueda dedicarle...
no s�lo mi trabajo y nada m�s, sino un poco m�s, ese poco m�s que con el
tiempo valdr� todo el resto. Y si sufro, como a menudo me suceder�, y si
dudo del valor de mis esfuerzos, como en ocasiones lo har�, aun as� seguir�
desempe�ando mi trabajo. Pondr� en ello todo mi coraz�n y el cielo se
despejar�, y desde el fondo mismo de la duda y el sufrimiento, nacer� la
suprema alegr�a de la vida.

Espero obedecer siempre esta promesa especial de �xito:

Nunca jam�s volver� a desempe�ar ninguna tarea si no es en la mejor forma
en que pueda hacerlo.


S�PTIMO COMPROMISO DEL �XITO

He dispersado mis esfuerzos en tantas direcciones.
He desperdiciado tantas estaciones corriendo de un arco iris al siguiente.
He pasado incontables a�os introduciendo cubos vac�o en pozos vac�os.

Segu�a albergando la esperanza de que el �xito, la felicidad y la riqueza
alg�n d�a ser�an m�os.

Esper� en vano. Sin el milagro de estos pergaminos, quiz� habr�a seguido
esperando eternamente. Qu� triste. Al recorrer la calle de poco a poco, a la 
larga se llega a la casa de jam�s.

Ahora todo esto ha quedado atr�s.

Ahora comprendo por qu� el �xito me ha esquivado. La persona que
perpetuamente titubea pensando cu�l de dos cosas har�, acaba por no hacer
ninguna. Si yo vacilo de un plan a otro y constantemente me inclino en la
direcci�n del viento, como lo hacen los lirios, dirigi�ndome hacia todos
los puntos que se�ala la br�jula, jam�s lograr� nada grandioso o �til.
Quienes se concentran en una sola coas a la vez son los �nicos que
progresan en el mundo. El hombre o la mujer superior es el que nunca se
aparta de su especialidad, ni disipa tontamente su individualidad. Ahora ya
conozco el mayor secreto que siempre estuvo delante de mis ojos y que yo
era demasiado ciego para verlo.

Siempre pondr� todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.

La inmensa diferencia entre quienes triunfan y quienes fracasan no consiste
en la cantidad de trabajo que desempe�a cada uno de ellos sino en la
cantidad de trabajo inteligente. Muchos de los que fracasan de manera m�s
ingeniosa hacen lo suficiente par alcanzar un gran �xito, pero trabajan al
azar en cualquier cosa que se les asigna, construyendo con una mano para
derribar con la otra. No aprovechan las circunstancias, convirti�ndolas en
oportunidades. No poseen ninguna facultad para cambiar las honestas
derrotas en reveladoras victorias.

Contando con la capacidad suficiente y disponiendo de amplio tiempo, que
son los principales ingredientes del �xito, se encuentran siempre impulsando 
de un lado a otro una lanzadera vac�a y jam�s llegan a entretejer la verdadera
trama de su vida. Jam�s volver� a poner �nicamente las manos en mi trabajo,
cuando deber�a dedicarle todo mi ser. Al fin he abierto los ojos. De ahora
en adelante, har� todo lo que est� haciendo como si en todo el mundo
hubiese otra cosa m�s importante.

La creaci�n de miles de bosques est�n en una sola bellota.

La concentraci�n y la perseverancia construyeron las grandes pir�mides en
las planicies de Egipto.
El maestro de un solo oficio puede sostener a una familia; el maestro de
siete oficios no puede sostenerse a s� mismo. El viento nunca sopla para el
navegante que no sabe hacia qu� puerto se dirige. Ahora ya s� hacia d�nde
quiero ir y c�mo llegar a mi puerto de destino.

Siempre pondr� todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.

Lo que nuestro mundo nos pide no es hacer muchas cosas con indiferencia,
son una sola en una forma suprema. Quien dispersa sus esfuerzos, no puede
esperar el �xito.

Si cort�semos en dos a una salamandra, la mitad del frente correr�a hacia
adelante y la otra hacia atr�s. As� es el progreso de quienes dividen sus
prop�sitos. El �xito siempre se muestra celoso de las energ�as dispersas.

Estoy preparado para grandes cambios en mi vida. El mundo sabr� que he
cambiado mi curso. 
Qu� poder tan inmenso sobre la vida es el poder de tener metas directas. 
Mi voz, mis vestidos, mi apariencia, mis movimientos y gestos mismos cambiar�n 
a medida que empiece a vivir mis d�as con un prop�sito.

�C�mo es posible que yo, igual que muchos otros, haya podido permanecer
ciego a esta verdad?

La persona que sabe hacer una cosa y la hace mejor que cualquier otro aun
cuando s�lo se trate del arte de cultivar lentejas, recibe la corona que se
merece. Si cosecha las mejores lentejas por haber dedicado toda su energ�a
a ese fin, es un benefactor de la humanidad y se le recompensa como tal.

Siempre pondr� todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.

Decidir� cuales ser�n mis metas y siempre las tendr� presentes en mis
pensamientos. S�lo encontramos aquello que buscamos con todo nuestro
coraz�n. Si no busco nada en particular en la vida, s�lo encontrar� eso. 
La abeja no es el �nico insecto que visita a la rosa, pero s� es el �nico 
que se lleva la miel. No importa lo espl�ndidos que sean los materiales que 
hayamos entresacados de nuestros a�os de estudio y de los afanes de nuestra juventud.

Si salimos a la vida sin ninguna idea bien definida de nuestro futuro
trabajo, podemos estar seguros de que no habr� ninguna circunstancia
afortunada y accidental que convierta lo que hacemos en una imponente
estructura de magn�ficas proporciones.

A menudo se nos indica que debemos apuntar muy alto en la vida, pero m�s
bien, deber�amos apuntar hacia un blanco en el cual podamos acertar. No 
basta con tener un prop�sito general. La flecha que se dispara con el arco 
no va por all� viendo a que puede pegar en su trayectoria, sino que vuela 
directa hacia la marca.

La explosi�n ampliamente dispersada de trueno no produce los mismos
resultados que un s�lo rayo concentrado.

Ahora s� que si aspiro a una meta meritoria, con firmeza y persistencia,
dedicando a ello todos los poderes de mi mente no puedo fracasar. Si
concentro los rayos del sol con ayuda de un espejo, incluso durante los
d�as m�s fr�os del invierno, podr� encender f�cilmente una hoguera.

Siempre pondr� todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.

La m�s d�bil de las criaturas vivientes, al concentrar sus poderes en un
solo objeto, puede obtener buenos resultados, mientras que la m�s fuerte,
al dispersar sus esfuerzos en muchas tareas, no podr� lograr nada. Las
gotas de agua, al caer continuamente, perforan incluso las rocas m�s duras,
pero el precipitado torrente corre apresurado sobre ellas con un espantoso
bramido, sin dejar atr�s ninguna huella.

Yo dejar� mis huellas. El mundo sabr� que he estado aqu� Siempre pondr�
todo mi ser en la tarea que tenga entre manos.


OCTAVO COMPROMISO DEL �XITO

He sido tan ciego.

Ni una sola vez reconoc� la oportunidad cuando se present� en mi vida,
porque siempre llegaba disfrazada de trabajo arduo.

Ni una sola vez pude ver la carroza dorada que me aguardaba para
transportarme hacia una vida mejor, porque mis ojos siempre estaban llenos
de l�grimas de autocompasi�n mientras vagaba por los caminos vecinales de
la vida, sin destino alguno.

Mi visi�n ya no est� obstaculizada por mi actitud, porque mi actitud se ha
transformado.

Ahora comprendo que las oportunidades nunca se presentan delante de
nosotros con su potencial para alcanzar la riqueza, el �xito o los honores 
pintados en ellas. Cada tarea que debo realizar deber� hacerse con mi mejor 
esfuerzo, o de lo contrario corro el riesgo de que las mejores oportunidades de 
la vida se alejen de m�, sin siquiera el sonido de una campana de advertencia.
Amanece un d�a, lo mismo que todos los dem�s d�as, y a lo largo de �l
florece una sola hora, igual que las dem�s horas, pero es posible que en
ese d�a y en esa hora me enfrente a la oportunidad de toda una vida.
Enfrentarse a cada tarea, sin importar lo dif�cil y humilde que sea, y
hacerlo con valor y persistencia, es la �nica forma en que puedo estar
seguro de aprovechar las m�ximas oportunidades cuando se presenten, ya sea
que vengan anunciadas con fanfarrias o que, como de costumbre, se oculten
debajo de un manto de polvo.

Mi antiguo yo, despreciando el trabajo de cada d�a y ventilando mis
sentimientos de frustraci�n con todos los que estaban cerca de m�, jam�s 
habr�a sido capaz de sitiar a la oportunidad. Ahora, gracias a estos pergaminos, 
estoy reconstruyendo mi vida y de ahora en adelante marchar� siempre con la
cabeza erguida, buscando las oportunidades con la misma firmeza con que el
le�n hambriento busca algo qu� comer.

Nunca jam�s volver� a aguardar en espera de que la oportunidad se presente
ante m�.

Le he vuelto la espalda al pasado. Ninguno de aquellos fracasos demorar� mi
nuevo paso hacia esa resplandeciente tierra de �xito y felicidad en donde
pasar� el resto de mi vida.

Ahora s� que si quiero cantar, siempre podr� encontrar un c�ntico.
Ahora miro hacia atr�s s�lo para recordar. En qu� lamentable fracaso llegu�
a convertirme.
Hay un viejo proverbio que dice, "Disfruta de todo lo poco que tienes
mientras el necio va de cacer�a en busca de m�s". Eso era lo que yo cre�a y
as� actuaba en el pasado, pues �acaso no todos los proverbios dicen la
verdad? �No! Estoy iniciando una nueva vida y he invertido las palabras de
este proverbio, en la misma forma en que he alterado las acciones de mi
vida pasada. Ahora ese proverbio reza: "�Mientras el necio disfruta de lo
poco que tiene, yo ir� en busca de m�s!"

Nunca jam�s volver� a aguardar en espera de que la oportunidad se presente
ante m�.

En el transcurso de estas cuantas semanas, ya he mejorado muchas cualidades
de mi car�cter, de manera que ahora me encuentro mejor equipado para 
reconocer las oportunidades y reclamar mi parte. Tambi�n he desarraigado 
los malos h�bitos que me refrenaban, mediante la repetici�n cotidiana de las 
palabras escritas en estos pergaminos, y esa reconstrucci�n apenas se ha iniciado. 
Perm�tanme empezar desde el punto donde me encuentro, incluso cuando 
todav�a conservo en m� algunas cualidades que a menudo me hac�an despreciarme 
a m� mismo.
Perm�tanme encargarme de ellas, un a la vez, recurriendo a la fortaleza que
Dios me da par ayudarme a corregir mis debilidades. Por lo menos, estar�
mejor que ahora si tengo el valor de extender el brazo para llegar a lo que
est� fuera de mi alcance y la fe suficiente para creer que puedo ser la
persona que deber�a ser.

En el pasado, permit� tontamente, que mis fracasos y lamentaciones me
abrumaran a tal grado que siempre me ve�a obligado a viajar con la cabeza
inclinada y la mirada fija en el suelo. Ahora que he arrojado a un lado mi
pesada carga del pasado y que he alzado la mirada hacia dondequiera que
dirijo mi vista, puedo ver las puertas que me dan la bienvenida a una vida
mejor.

Nunca jam�s volver� a aguardar en espera de que la oportunidad se presente
ante m�.

Cada d�a, cuando anuncie mis metas, anotar� en primer lugar de todo lo que
debo permanecer alerta a las oportunidades. Y cada ma�ana, al despertar, 
saldr� al encuentro del nuevo d�a con una sonrisa, no importa cu�les sean las
tareas desagradables que me aguarden. La oportunidad, como el amor, se
siente atra�da por la melancol�a y la desesperaci�n. Ahora s� que todos los
grandes triunfadores de la vida siempre se dedican a su trabajo con una
sonrisa en los labios, aceptando las oportunidades y los cambios que surgen
en esta vida mortal con sentido del humor y con buen �nimo, enfrent�ndose
en la misma forma a las cosas dif�ciles y a las f�ciles a medida que se
presentan. Son todos esos hombres y mujeres sabios que siempre crean m�s
oportunidades de las que encuentran.

�C�mo es posible que yo haya podido vivir tantos a�os sin percibir la
verdad que ahora es tan obvia para m�? �Por qu� tantos de nosotros vemos
que los momentos dorados en la corriente de la vida pasan apresurados a
nuestro lado y lo �nico que podemos reconocer es la arena? �Por qu� los
�ngeles llegan a visitarnos y s�lo nos enteramos de ello cuando ya se han ido?

Muchas veces, las oportunidades son tan peque�as que ni siquiera las
vislumbramos y, sin embargo, a menudo son las semillas de grandes empresas.
Las oportunidades tambi�n se encuentran por todas partes, de manera que
siempre debo tener mi anzuelo preparado.

Cuando menos lo espere, quiz� un gran pez pase nadando frente de �l.

Nunca jam�s volver� a aguardar en espera de que la oportunidad se presente
ante m�.

Ya no soy la misma persona que era hace apenas unas cuantas semanas.
Las oportunidades jam�s volver�n a permanecer ocultas a mi vista.
Ya no me lamentar�, desgarrando mis ropas y maldiciendo al mundo porque
carezco de las cosas buenas de la vida. Todav�a me siento descontento con
mi suerte, pero ahora experimento un descontento que se yergue bajo la lluvia, 
mirando hacia el cielo en busca del firmamento azul y las estrella. Hay dos clases de
descontentos en este mundo, el descontento que trabaja y el descontento que
se retuerce las manos. El primero obtiene lo que desea, mientras que el
segundo pierde lo que posee. No existe cura alguna para el primero, como no
sea el �xito, pero no existe ninguna cura para el segundo. Ahora s� qui�n
soy. Me agrada la persona que soy. Te doy gracias por ello, Dios m�o.

Ahora comprendo que la oportunidad no llama a ninguna puerta. Me responde
s�lo cuando yo llamo a su puerta. Lo har� a menudo y con fuerza.

Nunca jam�s volver� a aguardar en espera de que la oportunidad se presente
ante m�.


NOVENO COMPROMISO DEL �XITO

He Sido Demasiado Ben�volo Conmigo Mismo.
He cerrado el libro de cada d�a con demasiada rapidez.
Nunca me he tomado el tiempo, antes de retirarme por la noche, para cotejar
el costo de las cosas tanto buenas como malas que me ha atra�do hacia m�
mismo durante el d�a.

Jam�s me he atrevido a repasar, con valor y honestidad, mis pensamientos,
palabras y acciones de un d�a, a fin de planear mejor el siguiente.

La verdad acerca del �xito y la forma de alcanzarlo nunca ha permanecido
oculta de mi vista. Simplemente me he dejado atrapar a tal grado en la
lucha por sobrevivir que no he logrado reconocerla.

Al final de cada d�a, hab�a acabado con ese d�a. Cualesquiera errores,
fallas o accidentes que ensombrecieron mis horas, los apartaba de inmediato
de mi mente con una excusa. Ma�ana ser� un nuevo d�a, me promet�a a m�
mismo. Quiz� la vida se mostrar� m�s ben�vola conmigo. �Estaba equivocado!

Al fin he podido enfocar mi visi�n.

Ahora puedo ver que el mundo es un mercado en el cual todo est� marcado con
un precio fijo y debo cumplir con mis decisiones acerca de lo que compre
con mi dinero, mi trabajo y mi ingenio, ya sea que se trate de riquezas,
comodidades, fama, integridad o conocimientos.

Jam�s deber� actuar como un ni�o que, cuando ha comprado una cosa, se
lamenta porque no posee otra. Puesto que los tratos diarios que hago con mi 
vida son dif�ciles de rescindir, perm�tanme asegurarme en el futuro de que estoy
acumulando cosas de valor y permanentes a cambio de mi esfuerzo y del sudor
de mi frente. La �nica forma de hacerlo con certeza es practicando un
ejercicio especial, cada d�a, antes de entregarme al sue�o.

Siempre examinar�, cada noche, mis hechos del d�a que toca a su fin.

Incluso lo peor de mis vicios y de mis h�bitos se mitigar� si cada d�a lo
llamo a cuentas. Qu� alegr�a, qu� bendito sue�o vendr�n siempre despu�s de
una inspecci�n personal as�.

Las preguntas surgen en mi mente ante la menor inspiraci�n:

�Qu� debilidad he dominado el d�a de hoy?

�A qu� pasi�n me he opuesto?

�A qu� tentaci�n me he resistido?

�Qu� virtud he adquirido?

Gracias a estos pergaminos, ya he empezado a recibir cada nuevo d�a con un
plan, de manera que el buen camino que estoy recorriendo est� bien marcado. 
Ahora, al final del d�a, meditar� con sumo cuidado en los progresos y en los
problemas de mi jornada y este �ltimo de los h�bitos que reci�n he
adquirido, crear� en mi mente un diario del d�a de hoy y un libro de texto
para el d�a de ma�ana.

Siempre examinar�, cada noche, mis hechos del d�a que toca a su fin.

Por la noche, tan pronto como haya extinguido mi vela, repasar� las
palabras y las acciones de todas y cada una de las horas del d�a, no
permitiendo que nada escape de mi examen, puesto que �por qu� deber�a temer
el espect�culo de mis errores, cuando tengo el poder de amonestarme y de
perdonarme a m� mismo?

Tal vez actu� de una manera demasiado cortante durante cierta disputa. Muy
bien pude abstenerme de expresar mi opini�n, pues fue hiriente y no hizo ning�n bien,
Lo que dije era verdad, pero las verdades no siempre deben pronunciarse.
Deb� refrenar mi lengua, puesto que no vale la pena discutir ya sea con las
personas necias o con nuestros superiores. He hecho mal, pero no lo volver�
a hacer.

Experiencia es el nombre que la humanidad siempre les ha asignado a sus
extravagancias o a sus pesares. Pero las cosas no tienen por qu� ser as�.
Las lecciones del d�a de hoy pueden convertirse en los cimientos del ma�ana
para levar una vida mejor, siempre y cuando yo tenga la voluntad de
aprender algo de ellas, y la tengo.

Siempre examinar�, cada noche, mis hechos del d�a que toca a su fin.

Perm�tanme repasar mis acciones, perm�tanme observarme a m� mismo tal como
lo har�a mi pero enemigo, y as� me convertir� en mi mejor amigo. Empezar�,
justo en este momento, a convertirme en la persona que ser� de aqu� en
adelante. Quiz� descienda la oscuridad pero no nublar� mis ojos antes de
que haya repasado, plenamente, todos los acontecimientos de mi d�a.

�Qu� dej� sin hacer, que deb�a haber realizado?

�Qu� hice, que pod�a haber hecho mejor?

Una de las mayores alegr�as que todav�a no hemos descubierto de esta vida,
se deriva de hacer todo lo que intentamos hasta el m�ximo de nuestras
capacidades. Se experimenta un sentimiento muy especial de satisfacci�n,
cierto orgullo al inspeccionar un trabajo as�, un trabajo bien terminado,
completo, preciso, consumado en todas sus partes, que jam�s podr� conocer
la persona superficial que deja su trabajo terminado a medias, en una
condici�n descuidada y desordenada. La terminaci�n completa es lo que
convierte a cualquier trabajo en una obra de arte. La tarea m�s
insignificante, bien hecha se convierte en un milagro de logro.

El trabajo del d�a de hoy se ver� superado por el que realice el d�a de
ma�ana; no puede ser de otra manera. La superaci�n siempre viene detr�s del
examen y el repaso. Todos deber�amos ser m�s sabios el d�a de hoy que el de
ayer.

Siempre examinar�, cada noche, mis hechos del d�a que toca a su fin.

�Sobreviv� este d�a sin compadecerme de m� mismo?

�Le di bienvenida a la nueva alborada teniendo en las manos un esquema y
una meta?

�Fui amable y bondadoso con todas las personas con quienes me encontr�?

�Trat� de recorrer ese kil�metro adicional?

�Estuve alerta en busca de oportunidades?

�Trat� de encontrar lo bueno en todos y cada uno de los problemas?

�Sonre� frente a los rostros llenos de c�lera y odio?

�Concentr� mis fuerzas y mis prop�sitos?

�Qu� puede haber m�s provechoso que este repaso cotidiano di mi vida, de
manera que pueda vivirla con orgullo y satisfacci�n?

Jam�s volver� a terminar mi d�a cuando el sol se pone. Todav�a me falta un
acto m�s que debo realizar.
Siempre examinar�, cada noche, mis hechos del d�a que toca a su fin.


COMPROMISO FINAL

Ofrezco...

Juro...

Prometo... no olvidarme jam�s de que el mayor talento que Dios me ha
conferido es el poder de orar. A trav�s del triunfo y la desesperaci�n, del
amor y la abrumadora angustia, del �xtasis y el dolor, del aplauso y el
rechazo, del �xito y el fracaso, siempre puedo encender la l�mpara de la fe
en lo m�s profundo de mi coraz�n, con ayuda de una plegaria, y esa luz me
guiar� a salvo a trav�s de las brumas de la duda, de la tenebrosa oscuridad
de la ineficacia, de los angostos y espinosos senderos de la enfermedad y
la pesadumbre, ayud�ndome a cruzar los traicioneros lugares en donde se
encuentra la tentaci�n.

Ahora s� que Dios s�lo escuchar� lo que le diga mi coraz�n.

Por la ma�ana, la oraci�n es la llave que me abrir� las puertas del tesoro
en donde se guardan las bendiciones de Dios, y por la noche es la llave que
me coloca bajo Su protecci�n.

En tanto que sea posible orar, siempre habr� esperanza y valor. Sin la
plegaria puedo lograr muy pocas cosas; con ella, todas las cosas son
posibles. Dejar� que esta d�cima y �ltima promesa me gu�e siempre para
gobernar mi vida:

Siempre me mantendr� en contacto con mi Creador, a trav�s de la oraci�n...

Mientras menos sean las palabras, mejor ser� la oraci�n.

Entre mis plegarias siempre pronunciar� estas sencillas palabras...

Plegaria a un amigo invisible:

Mi amigo especial, te doy las gracias por escucharme. T� sabes lo mucho que
me estoy esforzando por cumplir con la fe que T� has depositado en m�.

Tambi�n te doy gracias por el lugar en donde habito. Nunca permitas que ni
el trabajo ni el juego, no importa lo satisfactorios o lo gloriosos que
sean, alguna vez lleguen a separarme, durante mucho tiempo, del amor que
mantiene unida a mi valiosa familia.

Proporci�name algunos amigos que me comprendan y que a pesar de todo sigan
siendo mis amigos.

Conc�deme un coraz�n que sepa perdonar y una mente que no tenga miedo de
viajar, aun cuando la senda no est� marcada.

Conc�deme un poco de sentido del humor y unos cuantos ratos de ocio en los
que no tenga nada que hacer.

Ay�dame a esforzarme para alcanzar la suprema recompensa leg�tima del
m�rito, la ambici�n y la oportunidad y, sin embargo, nunca permitas que me 
olvide de tenderles una compasiva mano de ayuda a todos aquellos que necesitan
aliento y ayuda.

Conc�deme la fortaleza necesaria par enfrentarme a lo que venga, para que
pueda ser valeroso frente al peligro, constante en la tribulaci�n, templado en la
c�lera, y que siempre est� preparado para cualquier cambio de fortuna.

Perm�teme mostrar una sonrisa en vez de un entrecejo fruncido, pronunciar
una palabra amable a aliento en vez de frases duras y amargas.

Conc�deme que sea compasivo con el dolor de los dem�s, comprendiendo que hay
desdichas ocultas en todas las vidas, sin importar lo elevadas que sean.

Cons�rvame siempre sereno en todas y cada una de las actividades de la
vida, ni indebidamente jactancioso ni entregado al pecado m�s grande del 
menosprecio hacia m� mismo.

En el dolor, que mi alma se eleve con el pensamiento de que si no hubiese
sombras, tampoco habr�a rayos de sol.

En el fracaso, cons�rvame la fe.

En el �xito, haz que siga siendo humilde.

Haz que sea juicioso para desempe�ar mi cuota completa de trabajo, y
todav�a m�s, tan bien como pueda hacerlo y una vez que haya terminado,
det�nme, p�game el salario que sea Tu voluntad y perm�teme decir, desde el
fondo de un coraz�n amante... un agradecido

Am�n.

 

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